Por estos días fue el natalicio 100 de don Enrique Santos Castillo, padre del presidente, y este último escribió una extensa columna en El Tiempo a doble página haciendo un relato de lo que fue la vida de su padre, exaltando los dotes periodísticas que hicieron de él uno de los personajes más poderosos de la nación. “La chicha se puso a peso”, era la expresión que utilizaba el excelso periodista cuando percibía algún episodio o hecho que impactaba al país. Hasta ahí, todo bien, solo que al presidente para conmemorar el natalicio de su padre no se le ocurrió nada diferente por estos días sino hacerle una propuesta inadecuada a los empresarios, dirán algunos, o indecente dirán otros, para que acomoden la verdad. En el país hay un clima de desconfianza con la economía, la inseguridad, el desempleo, el tema de odebrechet y hasta con la misma implementación del proceso de paz. Todo ello hace que el presidente tenga niveles muy bajos de aceptación en la gente y por ello el mandatario tomó el camino equivocado: proponerle a los empresarios que no digan la verdad.

“La chicha se puso a peso” como diría don Enrique Santos, si en estos momentos pudiere opinar sobre los 8 años de mandato de su hijo. La sola propuesta del presidente JMS, muestra que el sol lo tiene a sus espaldas, que muy probablemente el mandatario comience a contar con algo de angustia los días que le faltan en un escenario hacia las confusas elecciones presidenciales del próximo año, en las que no hay claridad política, en donde puede suceder cualquier cosa. Por eso al mandatario “La chicha se le puso a peso”, como decía su padre. Y es que en Colombia, la chicha se alteró no solo por los lados de la Casa de Nariño, sino también se le puso a peso a la oposición, o mejor al centro democrático, que en una noticia que pasó algo desapercibida por la avalancha de Mocoa, no encontró otra decisión más original que la de salir a marchar en contra del gobierno acompañado dizque de “Popeye”, pero no el marino bueno, no, salieron acompañados del sicario, el que en alguna ocasión confesó más de 300 crímenes. Que belleza de oposición.

Y mientras todo eso sucede en el mundo de la política, “La chicha se le puso a peso” pero a la gente que sale a hacer mercado y a muchos no les alcanza el dinero para comprar lo que se compraba el año p, y la chicha también se le alborotó a los jóvenes que salen de una universidad con un título que no les da fácilmente una posibilidad de trabajo después de varios años de esfuerzo. Pero se imaginan que el mensaje del presidente a los empresarios, les cale a algunos de ellos, y comiencen estos últimos en ese clima de desconfianza a emitir información desacertada, como ¿que las cosas van bien, que la industria está creciendo, que lo de la inseguridad es puro cuento y además que se disparó el empleo, que disminuyo la inflación? Pues muy grave, porque en eso primero nos empezamos a parecer a Maduro, que diariamente envía mensajes que en Venezuela no está pasando nada, que todo está normal, que eso del desabastecimiento de alimentos es porque los empresarios no quieren producir, y además de ello, porque nosotros estaríamos borrando de plano el artículo 20 de la constitución que habla de la libertad de expresión. 

Es decir, señor Presidente, ese mensaje a los empresarios no le queda bien, no es conveniente y menos en las circunstancias que estamos viviendo. Cuando los medios de comunicación pierden su objetividad en la información, cuando comienzan a mentir y a no reflejar la realidad del país, ahí comienza el derrumbamiento de una nación. Mejor dicho, si ese excelso periodista que fue don Enrique Santos Castillo, tuviere la posibilidad de aconsejar a su hijo en estos momentos, ya no le diría “La chicha se puso a peso”, le diría algo así como la “La chicha se le fermentó hijo”.