Con una superficie de 309.050 kilómetros cuadrados y una población de 11 millones de habitantes, Grecia está ubicada entre Asia, Europa y África. Al Este está el mar Egeo, al Oeste el mar Jónico y al Sur el Mediterráneo, los cuales bañan sus 13.676 kilómetros de costas.
Pese a contar con el mayor número de picos montañosos de Europa, la agricultura representa un papel muy importante en su economía.
Su contenido histórico, la cultura extraordinaria y la literatura son otras de las razones para que muchos turistas lleguen a la patria madre de la democracia.
Sin embargo, la República Helénica (nombre oficial) está pasando por momentos críticos en el campo económico. La deuda pública de 183.157 millones de euros que registraba antes de iniciarse la crisis mundial en 2007 llegó a 317.000 millones en 2014.
Este nivel de deuda representa el 177 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), el cual llegó el año pasado a 242 mil millones de euros.
La subida de la deuda se debió al incremento del costo de su financiación, lo cual llevó a las autoridades griegas a subastar préstamos al Fondo Monetario internacional (FMI) para evitar suspensión de pagos. Grecia es, además, el país de la Unión Europea que más gasta en pensiones, pues destina para este fin el 16.2 % del PIB, mientras el promedio de los demás países que conforman este bloque apenas llega a 11.2%.
Ante el temor de una posible quiebra económica los griegos han retirado de los bancos millones de euros los cuales van a parar en su mayoría al exterior. En abril los depósitos de empresas privadas y de hogares habían caído a su nivel más bajo desde 2004. Esta delicada situación ha generado posturas encontradas entre quienes consideran que es importante llegar a un acuerdo para el pago de la deuda y quienes votan por el no pago y el retiro de la Unión Europea.
El miércoles de la semana pasada fue dado a conocer el concepto de la comisión internacional de expertos que llevó a cabo una auditoría de la deuda pública del país helénico. Allí se considera que no debe pagarse la deuda contraída entre 2010 y 2015 por ser el fruto de acuerdos que infringen los derechos humanos.
El comité asegura que Grecia ha sido víctima de un ataque premeditado y organizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) en pos de convertir la deuda privada en pública.
Aunque las posturas son muy distantes, aquí si tiene mucho peso el concepto de que más vale un mal arreglo que un buen pleito. El alto costo de esta elevada deuda no será solo para Grecia, sino para la Unión Europea y el resto del mundo, dada la dinámica derivada de la globalización de la economía.