Como si fuera la luz repentina de un faro, en medio de las tinieblas que han invadido a nuestra martirizada región, el 4 de septiembre se abre La Fiesta Del Libro de Cúcuta (FLIC) organizada por la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero con el apoyo de la Gobernación del Departamento, la Alcaldía de Cúcuta, las ongs.” Más Oportunidades para Todos” y “Cúcuta 2050 Estrategia de Todos”, y muchas entidades más.
El lema que se adoptó para la décima novena edición es “Expediciones a la memoria, el territorio y la frontera”, que enmarca de manera precisa los numerosos trabajos de diverso género que se desarrollarán durante los 6 días de La Fiesta del Libro.
La nutrida programación diseñada abarca temas de la mayor importancia regional y nacional con la vinculación de destacados intelectuales, varias universidades, el Banco de la República, la Embajada Argentina, el diario La Opinión, la Academia de Historia de Norte de Santander, entre otros participantes.
Se realizarán conferencias, talleres, simposios, presentaciones artísticas lanzamiento de numerosos libros, evidenciando el estímulo a los autores para dar a conocer sus escritos. En ese entorno se hará un merecido homenaje a la extraordinaria escritora colombiana Laura Restrepo cuyo prestigio ha traspasado las fronteras nacionales.
Pocas veces la Ciudad de Cúcuta y el departamento Norte de Santander, en general, tienen la oportunidad de contar con un evento de la importancia de la Fiesta del Libro. Y hago énfasis en su nombre porque “fiesta” es mejor que “feria”. Significa más alegría, más participación, más contacto cordial entre los asistentes.
Y no puedo dejar de expresar una elogiosa mención al doctor Julio García-Herreros, quien ha hecho de la Biblioteca Julio Pérez Ferrero el sitio de encuentro cultural más valioso de la frontera colombo-venezolana. Por supuesto que la Fiesta del Libro es extraordinaria, pero durante todo el año la Biblioteca ofrece sus instalaciones a las más variadas actividades para recreación y aprendizaje de niños, jóvenes y mayores.
No quiero hacer alusión a los problemas que afectan al país, pero es inevitable referirme a la tragedia del Catatumbo, tanto más cuanto que el lema de la Fiesta del Libro expresa la intención de conocer mejor a nuestra región
Quizás, cuando inicié este artículo mirando la luz de un faro, mi interior imaginación debía ser el Faro del Catatumbo que ha iluminado con su brillante intermitencia esta tierra por millones de años. Pero, hoy, la violencia, la ilegalidad, el abandono han convertido a esa región en una tierra ensangrentada.
La decisión del dictador venezolano Cipriano Castro, a principios del siglo XX, de interrumpir la navegación hacia el Lago de Maracaibo por el Catatumbo por simples razones políticas, fue el mayor golpe que se haya dado a esa rica región en su desarrollo económico y social. Ojalá los gobiernos vuelvan a mirar hacia allá, más que con benevolencia, con justicia.
ramirezperez2000@yahoo.com.mx
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