Por medio de la Ley 2161 del 26 de noviembre de 2021, se abrió la puerta a una injusta situación relacionada con lo que se debe hacer en caso de choque o siniestro, en el cual intervienen dos vehículos asegurados contra todo riesgo.
Resulta que antes de la expedición de la norma, cuando se presentaba una colisión de automotores asegurados, los conductores procedían a llamar a sus asesores, con el objeto de tener asistencia legal, la cual apuntaba en todo momento a demostrar que el vehículo de su cliente, no tenía culpa alguna sobre los hechos y por lo tanto, los costos para la reparación del automotor, deberían ser asumidos por el otro actor del accidente.
Eso significaba que a pesar de haber ganado el pleito, se quedaba sin medio de transporte por días o semanas, tiempo suficiente para superar la rabieta producida.
Ahora el asunto es más práctico pero injusto y trataré de explicar el porqué de lo anotado. Resulta que el Artículo 12 de la Ley 2161 de 2021, establece: “… En caso de daños materiales en los que solo resulten afectados vehículos asegurados, inmuebles, cosas o animales y no se produzcan lesiones personales, se hará el retiro inmediato de los vehículos colisionados y todo el elemento que pueda interrumpir el tránsito.
Los conductores y demás implicados podrán conciliar sus intereses y acudir a las compañías aseguradoras, utilizando para tal fin herramientas técnicas y tecnológicas sin que para este fin se requiera la suscripción de documento alguno por parte de la autoridad de tránsito. Los vehículos solo podrán permanecer sobre la vía afectando el tráfico, por el tiempo necesario para la toma de estas pruebas por parte de los conductores o interesados…”.
Sobre el particular aparecen muchas dudas puesto que si llega la autoridad de tránsito y evidencia que se trata de un choque de vehículos asegurados, debe imponer comparendo a los dos conductores por obstaculizar el tránsito, sin importar quién pudiera tener la razón.
Pensemos por un instante que usted conduce y se le atraviesa una persona que por estar escribiendo por el celular no advierte el peligro. En cuestión de fracciones de segundo, aplica el freno, obteniendo suspensión de marcha para evitar el accidente, sin embargo el conductor que viene muy de cerca, no ha guardado la distancia prudente, no logra frenar oportunamente e impacta al primer vehículo por detrás, afectándolo seriamente.
En ese caso, que sucede todos los días, el conductor que produce el daño, nunca acepta que estaba distraído o que no guardó la distancia establecida, aspecto que la autoridad podía demostrar anteriormente, pero ahora no es factible de acuerdo a la nueva ley, situación que lo obliga a retirar el vehículo y hacer efectiva su póliza, perdiendo de entrada el deducible equivalente a un millón de pesos.
Podríamos citar muchos ejemplos relacionados con la injusta ley de choques, como despedida del actual gobierno, pero los dejaré para otra columna en la cual, se planteará una situación similar a las utilizadas en muchos países con notable éxito.
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