La preservación de la salud, requiere de la presencia oportuna de los medicamentos para atenuar el impacto de las patologías. Por esta razón el escenario que estamos viviendo hoy en donde los fármacos escasean, debe producir mucha alarma.

El presidente de Afidro, la Asociación Colombiana de Laboratorios Farmacéuticos, al referirse al problema, nos ha dejado aún más preocupados, pues al interrogársele por los factores que generan la ausencia de medicinas en las farmacias, se ha limitado a decir “son tantos, que es difícil mencionarlos todos”; quedamos como el meme en el que aparece un rostro con los ojos salidos, los pelos parados y las manos levantadas.

Llevamos ya demasiado tiempo rumiando el asunto, sin que se hayan identificado las verdaderas causas del problema. Los representantes de los laboratorios y de las firmas importadoras, tienen que ser claros en sus argumentaciones, y a su vez las autoridades de salud deben ser estrictas en sus exigencias.

Se habla de que el Invima tiene retrasados 21.000 procedimientos. ¿Cuál es la razón? También se dice que la devaluación ha afectado demasiado y que el flujo de recursos no es claro hacia el futuro, y ahí seguirá el cúmulo de razones, pero es importante pensar en que hay que salirle al paso cuanto antes a la situación, para que no se vaya a presentar una emergencia sanitaria por la falta de suministro de paliativos para las enfermedades presentes.

Es urgente que el ministerio de Salud y las asociaciones médicas, junto con las autoridades de comercio exterior, abran una mesa de trabajo que permita oír a las partes comprometidas y definir unos criterios de aplicación inmediata para que todos entren a hacer parte de la solución. Los ciudadanos requieren saber qué está pasando y cuales son los riesgos que están corriendo por la presencia de este fenómeno de desabastecimiento de medicamentos.

Acabamos de pasar una pandemia que dejó destrozos en la salud de muchos sobrevivientes, lo que ha significado que las necesidades en materia de salud se hayan incrementado y que a la par los instrumentos de atención también han debido repotenciarse, para evitar que el desastre sea aun mayor.

Los elementos de producción, logística y disponibilidad de recursos tienen que armonizarse para que la cadena de suministro funcione y las medicinas puedan llegar oportunamente a los pacientes que las requieren.

Entendemos que las preocupaciones frente a los debates por la reforma de la salud, han ocupado casi todos los tiempos disponibles, pero es necesario no descuidar los frentes de trabajo de los sectores neurálgicos, como este, para que los ciudadanos no nos encontremos con sorpresas, en donde la misma vida puede estar comprometida.

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