No son pocos, ni tan leves, los problemas que pesan sobre la nación, con efectos devastadores para todos sus habitantes y especialmente para los que hacen parte de la población más desprotegida o vulnerable. Pero la violencia es el mal con mayor capacidad de aniquilamiento y por consiguiente debe ser la paz la prioridad en la gestión de gobierno, con la implementación de garantías de reparación a las víctimas de tanto exterminio. Ello impone erradicar los factores que son caldo de cultivo del conflicto armado en su multiplicidad de variables.
Son muchas las víctimas de la creciente violencia en Colombia, por homicidios, secuestros, desapariciones, desplazamiento forzado, reclutamiento de menores, extorsión y otros ultrajes a la existencia humana. Ante esa suma de desgracias se debe rechazar la oposición de algunos sectores a las negociaciones orientadas a consolidar acuerdos de paz con los diferentes actores en armas y escaladas criminales.
La gavilla contra las reformas que buscan sustraer a Colombia de las crónicas estrecheces que llevan a desigualdades y recurrentes desquiciamientos en la vida colectiva, es perversión calculada en función de intereses de grupos excluyentes. Le apuestan a la violencia como nicho de sus utilidades. Para eso propician narrativas encaminadas a frustrar la paz.
Norte Santander está entre los departamentos que más ha sufrido los estragos del conflicto armado y son muchas las víctimas, entre las cuales se cuenta el inolvidable fundador de La Opinión, Eustorgio Colmenares Baptista. Su muerte atroz tiene 30 años.
En su libro “Cabalgando desde lejos” el excongresista Basilio Villamizar recuerda el hecho así:
“Esta noticia enlutó al país el 12 de marzo de 1993, por la trayectoria, la vida familiar, profesional, política y periodística de Eustorgio Colmenares Baptista, uno de los hombres más importantes que ha tenido Norte de Santander en la historia contemporánea. Recibí la luctuosa noticia a mi regreso a Cúcuta, luego de una correría por Pamplona, Toledo y Labateca; me causó una conmoción inesperada en virtud de la amistad que me brindó Eustorgio en su calidad de director del periódico La Opinión, casa editorial en la que he sido acogido con estima y respeto en el devenir de mi vida. Como senador y presidente del Directorio Liberal del Departamento recibí permanentemente su respaldo para ejercer en representación del liberalismo el cargo de secretario de gobierno del departamento. Aunque ya Eustorgio se había retirado de la política activa. Conversábamos regularmente en su despacho al calor de un buen tinto sobre el acontecer nacional y por supuesto me indagaba sobre la marcha general del Congreso y sus opinion
es eran enriquecedoras para mí”.
“Además de senador fue concejal y alcalde de Cúcuta. Tenía 65 años y fue uno de los fundadores del periódico más importante que ha tenido el departamento desde 1958. Se destaca la familia que formó junto a su esposa Esther Ossa y sus hijos, José Eustorgio y Raúl, continuadores de su tarea como emprendedores de la ciudad y la región.
“Eustorgio Colmenares Baptista permanece en la memoria de los cucuteños debido a las buenas labores que desempeñó en su vida pública, política y en el área de la salud. En 2013, su muerte fue declarada como un crimen de lesa humanidad”.
Puntada
Insistir en la confrontación armada no es solución al conflicto armado. La salida es la paz.
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