Esta semana, el presidente Petro acaparó de nuevo la agenda nacional al declarar el sombrero de Carlos Pizarro como patrimonio cultural, provocando profunda indignación, especialmente entre las víctimas del M19. Este hecho forma parte de una estrategia más amplia en la cual Petro utiliza estos eventos como "bombas" mediáticas para desviar la atención de los temas verdaderamente importantes y urgentes.

La crisis en el sector salud y en el INVIMA, que está poniendo en riesgo la vida de millones de colombianos, es una de las problemáticas graves que se ven eclipsadas por este tipo de maniobras.

Un joven muy cercano a mí, que padece artritis juvenil, ha estado sufriendo las consecuencias de la crisis en el sistema de salud generada por el gobierno. Hasta hace seis meses, recibía puntualmente en su casa el medicamento Adalimumab a través del Policlínico del Olaya y su operador logístico. Sin embargo, todo cambió de repente.

Sin previo aviso, lo cambiaron a la clínica de los Nogales. Cuando finalmente le informaron que debía ir a la nueva clínica, comenzó a llamar para obtener información, pero fue imposible obtener respuesta telefónica. Decidió ir personalmente y, al llegar, le confirmaron que estaba inscrito, pero que no tenían el medicamento. A diferencia de la clínica anterior, donde todo funcionaba perfectamente, en esta nada estaba organizado.

En abril, después de muchas idas y venidas, finalmente le entregaron el medicamento, tras un mes sin que el joven pudiera administrárselo. En mayo, le prometieron que se lo llevarían a casa, pero nunca llegó. Solo la semana pasada recibió la dosis que debía administrarse en mayo. Ahora solo queda esperar y rezar para que la reciba en julio. Lo más triste es que el joven, que estaba estable, se descompensó nuevamente debido a la interrupción del medicamento y comenzó a experimentar dolores otra vez. Esta situación refleja la difícil realidad que muchos pacientes enfrentan por la falta de continuidad en sus tratamientos, una negligencia que lamentablemente puede resultar fatal para algunos.

La última vez que fue, mientras esperaba, fue testigo de al menos diez casos de personas que llegaron por diferentes medicamentos y fueron devueltas porque no tenían su medicación. Vio gente llorar y suplicar sin obtener respuesta alguna.

Una amiga sufrió herpes zóster, una enfermedad devastadora. Algunos tienen la fortuna de no presentar síntomas tan severos, pero a mi amiga casi la mata. Ella padeció encefalitis, parálisis facial, problemas de audición (hoy no oye por un oído), pérdida del equilibrio e infecciones en la piel. El dolor era tan intenso que la hacía retorcerse. Nunca había visto a alguien sufrir tanto.

Años después, sigue teniendo varios de estos síntomas. Se recomienda que todas las personas mayores de 50 años se vacunen contra esta enfermedad. En Colombia, la vacuna no ha estado disponible durante el último año. Es importante destacar que esta vacuna no está incluida en el Programa Ampliado de Inmunizaciones. Lamentablemente, el Ministerio de Salud, por enfocarse en desmantelar el sistema, no ha dedicado el tiempo necesario para abordar estos temas. Hoy en día, solo los "4000 blanquitos ricos" pueden acceder a la vacuna debido a su alto costo (500 USD). ¿No tienen derecho las personas de escasos recursos a prevenir esta terrible enfermedad? Se esperaba que la vacuna llegara en mayo de 2023, pero aún no ha sucedido debido a que el INVIMA la tiene detenida.

Los niños, que suelen ser los más afectados por todos los problemas, están enfrentando la escasez de medicamentos para tratar trastornos de conducta y el déficit de atención e hiperactividad.

Las mujeres también enfrentan serios problemas ya que las hormonas se están volviendo cada vez más escasas. Por ejemplo, una amiga necesita aplicarse Forteo diariamente para la posmenopausia, no ha podido conseguirlo en Cafam, donde está afiliada, ya que lleva un mes agotado. En las droguerías, el costo asciende a $1.200.000.

El movimiento Pacientes Colombia, que agrupa a 198 organizaciones de pacientes, expresó su preocupación por el incumplimiento por parte del Invima y el Ministerio de Salud en relación con los plazos establecidos en el plan de contingencia ordenado por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca para mitigar la escasez de medicamentos en el país.

Hago un llamado a la ciudadanía, a los medios de comunicación y a los influenciadores para que no caigamos en la trampa. Es un triunfo para Petro que no mencionemos la corrupción en su gobierno, como el reciente escándalo del hermano de Laura Sarabia, quien parece haberse enriquecido repentinamente gracias a su cercanía con él, o que dejemos de lado las quejas sobre el sistema de salud.

¡Millones de vidas están en riesgo!

Adenda: El ministro Jaramillo se salvó de la moción de censura a pesar de poner tantas vidas en riesgo, gracias a la mermelada entregada a los congresistas. ¡Bandidos!

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