En días pasados el presidente Duque visitó Cúcuta y Ocaña, y durante su estadía entre nosotros habló de varias obras en marcha, como la rehabilitación de la vía Cúcuta-Pamplona-Bucaramanga, el acueducto metropolitano, y la inauguración de una cancha en el barrio Belén (sí, como se lee: una cancha de fútbol en el barrio Belén). Anunció también la inversión de billonarias partidas para obras de infraestructura principalmente en vías para la región del Catatumbo, la construcción del Centro de Convenciones y la puesta en marcha de un plan piloto para capacitar a los informales del Área Metropolitana.
Nos quedamos los nortesantandereanos con los crespos hechos, pues estábamos esperanzados en ver cristalizado anuncios que por lo menos mitigaran los problemas serios que afrontamos, como la deuda ya muy alta del gobierno nacional con el Hospital Erasmo Meoz por la atención a los migrantes venezolanos, un salvavidas en dotación a los hospitales de la región que actualmente superan en un 95% su capacidad instalada por cuenta del covid-19, aumento del pie de fuerza por la ola de inseguridad en el departamento y planes concretos para combatir y derrotar el crimen que azota a Cúcuta, medidas serias y contundentes para el manejo de los inmigrantes que otra vez inundan nuestras ciudades, auxilio a los miles de damnificados por las lluvias, en especial a los de los Arrayanes y el 23 de enero, al occidente de Cúcuta etc. etc.
Me llamó poderosamente la atención que el mandatario no hizo ninguna referencia a la financiación de las plantas de tratamiento de las aguas residuales (PTAR) que con bombos y platillos los gobiernos local, seccional y el viceministro de Aguas, José Luis Acero, miembro de la comitiva presidencial, anunciaron hace unos días como una inversión nunca antes vista y de gran utilidad para la descontaminación de los ríos Zulia y Pamplonita.
No vamos a pecar de pesimistas con los anuncios hechos por parte del presidente, que más nos parecieron promesas de un candidato en campaña, pero tampoco vamos a ser optimistas creyendo a raja tabla todo los que nos dijo, pues los cucuteños como reza el adagio “seremos toches pero no bobos sin memoria”.
Muchos anuncios nos han hecho en campaña los candidatos y funcionarios del gobierno nacional y se han quedado en puro bla, bla, bla.
Pero vamos a darle al primer mandatario el beneficio de la duda en esta nueva oportunidad, pidiéndole a los medios de comunicación, las autoridades locales y demás fuerzas vivas de la ciudad, hacerle un seguimiento a su cumplimiento, y entonces como dijo el ciego: ¡Amanecerá y veremos!
