El movimiento que busca proteger el páramo de Santurbán primero y por ese mismo camino resguardar a los demás páramos con que cuenta el país, va por buen camino, de acuerdo con los resultados conocidos hasta la fecha. 

Esta es una iniciativa popular a la cual nuestro departamento no había estado vinculado de manera activa y el liderazgo lo estaba ejerciendo solo el departamento de Santander con la participación de iniciativas de tipo cívico, sus gobernantes y congresistas. Ahora se han sumado a las causa dirigentes y personas de la región a quienes les interesa este tema ambiental de vital importancia.

La presión para que no se otorgue la licencia ambiental para la megaminería en Santurbán, solicitada por la empresa Minesa, dio como resultado que se suspendiera dicha licencia por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). Rodrigo Suárez, director de esta oficina ratificó que el archivo de la solicitud  cumplió con todos los requisitos que otorga la ley. 

Por su parte el Senado de la República se dio esta semana a la tarea de discutir el asunto y luego de un extenso debate, 83 senadores aprobaron y firmaron una proposición en la que le solicitan al presidente Iván Duque proteger los 37 páramos Colombianos de cualquier actividad de extracción mineral a gran escala, tanto en la zona de páramo como en sus ecosistemas circunvecinos, subpáramo y bosque alto andino; lo cual es considerado esencial para la conservación del agua y que no se ponga en riesgo la biodiversidad. 

En la Comisión Primera del Senado se nombró un ponente para dar inicio al trámite del proyecto de Acto Legislativo que busca integrar a la Constitución un artículo que prohíba expresamente la exploración y explotación minera en los páramos del país. 

Sin embargo, esto ha producido reacciones y algunos expertos constitucionalistas aseguran que la proposición aprobada en el senado no pasa de ser una simple sugerencia sin carácter de obligatoriedad para el Gobierno Nacional.  De tal manera que la gestión en favor de la conservación del páramo de Santurbán, cuyas tres cuartas partes de su territorio están en Norte de Santander, están dando los resultados que se esperan con la suspensión de la explotación minera en esa basta región que estaría seriamente amenazada en su ecosistema natural con las sabidas consecuencias que afectarían de forma importante a la flora, la fauna y las fuentes acuíferas de las cuales nos beneficiamos ahora mismo. 

Es prudente no perder de vista esta iniciativa y hacerle un seguimiento cercano porque el peligro de la explotación del páramo sigue latente, los interesados en el millonario negocio no se darán por vencidos y muy seguramente acudirán a los mecanismos de tipo legal disponibles para no ceder en su empeño de lograr primero la licencia y luego implementar la megaminería. 

Este es un propósito de los habitantes del nororiente, pero dada su importancia y el impacto que produce se ha constituido en una causa nacional que debe continuar sin tregua porque se trata de cuidar los recursos naturales para las futuras generaciones. 

jorgepabonl@yahoo