Siempre guardamos la esperanza de que la navidad sea una oportunidad para que la alegría llegue a los hogares como resultado de las buenas noticias.
Pero, como casi siempre sucede, esta oportunidad no es la más grata para todos.
A nivel mundial, en algunos países como Francia, Hong Kong, India y Argentina, el espacio de la alegría ha sido invadido por las protestas ciudadanas.
Los franceses marchan contra la reforma del sistema de pensiones anunciado por el presidente Emmanuel Macron. El pulso entre sindicatos y gobierno se mantiene y el paro de transportes paralizará el país en navidad, si no se logra un acuerdo.
Las multitudinarias marchas en Hong Kong contra el proyecto de extradición no ceden y, aunque ante la presión ejercida por los manifestantes el proyecto fue engavetado, las exigencias al gobierno autónomo y a Pekín por una mayor democracia se mantiene firmes con marchas, vigilias y otras actividades.
En India el movimiento contra el proyecto de la polémica Ley de Enmienda Ciudadana y el Registro Nacional de se recrudece por considerarla anti musulmana por sus detractores. La ley aprobada facilita la atribución de ciudadanía india a refugiados de Afganistán, Bangladés y Pakistán, pero con la condición de que no sean musulmanes.
Para los manifestantes este texto responde a la voluntad del poder nacionalista hindú de marginar a la minoría musulmana.
A una semana de posesionarse como presidente de Argentina, Alberto Fernández enfrenta la primera manifestación de protesta ciudadana al proyecto de medidas económicas que se debate en la Cámara de Diputados.
Mientras esto sucede en algunos países, en Colombia se vive una tensa calma. El jueves en la tarde se presentaron en Bogotá graves problemas de movilidad por las manifestaciones que hacen parte del paro nacional. Cientos de personas bloquearon alguna de las vías, lo que llevó a la policía a actuar con los consecuentes enfrentamientos. Y, en medio de esta tensa calma, La cámara de Representantes y el Senado aprobaron la reforma tributaria, con beneficios para unos y castigos para otros.
Por ahora solo falta esperar que en estos días de tradición navideña la paz llegue a los hogares de Colombia y del mundo entero. Así sea.