Amables Lectores: Concluida la jornada electoral y obtenidos los resultados esperados, renace la esperanza para los cucuteños y nortesantandereanos de obtener la atención del nuevo presidente, IVÁN DUQUE MÁRQUEZ, para la reactivación y diversificación económica de esta zona fronteriza.
Son grandes los retos que tiene la ciudad, no solo por la degradación social que lamentablemente se observa en sus calles con exagerada mendicidad sino también por la alarmante inseguridad y delincuencia que afecta la convivencia pacífica. Desde luego que para captar la atención del nuevo presidente es necesaria la buena gestión del grupo de congresistas Norte santandereanos que tendrán el reto de sacar a relucir sus habilidades intelectuales y su creatividad para crear proyectos que beneficien no solo a la región de La Gabarra con su inmensa problemática sino también a todo Norte de Santander.
Tendrán que gestionar por los retos del Hospital Erasmo Meoz para atender la población venezolana que día a día reclama sus servicios.
Así mismo jalonar recursos para obras de infraestructura y vías, que simultáneamente generan empleos. También los comerciantes de la ciudad tienen el reto de innovar y diversificar sus actividades teniendo en cuenta que venden productos, bienes y servicios, para una población no inferior a un millón o más de habitantes.
También la administración municipal afronta el reto de mesurar los gastos y direccionarlos hacia obras prioritarias que verdaderamente solucionen necesidades de la ciudad como repavimentación y mantenimiento de vías en la ciudad, semaforización y mejoramiento de la movilidad, reubicación de vendedores ambulantes y establecimiento del orden y seguridad en las diversas comunas que hacen parte del área metropolitana. No se puede seguir abusando de la carga tributaria (Impuesto Predial – Impuesto de Valorización- Impuesto de Industria y Comercio – Impuesto de Internación – Impuesto de Rodamiento) que con sus altas tarifas ya tienen asfixiado y a punto de colapso a centenares de hogares cucuteños. Cuando los recursos son escasos, resulta pecaminoso el despilfarro, el cuento de pan y circo para el pueblo está mandado a recoger, ahora se requieren verdaderas obras que dignifiquen la vida cotidiana, y no los pseudomonumentos que no producen interés en ningún turista, sino a los vándalos que ven en estos sitios un es
cenario propicio para cometer fechorías. Recordemos lo que dice Antanas Mockus: “Los recursos públicos son sagrados” y el pueblo está ya hastiado de la corrupción.
En cuanto a los retos de la academia, ya es hora de cambiar la política de rapiña y lucha por los cargos burocráticos en la Universidad Francisco de Paula Santander.
Dedíquense con empeño a elevar el nivel académico de ésta institución para lograr ubicarla siquiera entre las diez primeras del país sacándola del vergonzoso lugar que hoy ocupa con su malísima reputación originada en esas luchas internas poco académicas.
Desde luego el nuevo canciller de la república tendrá el gran reto de normatizar el importante flujo diario de venezolanos por esta ciudad fronteriza y quizás negociar con otros países latinoamericanos una cuota reguladora de estos emigrantes con el fin de aliviar la sobrecarga de la población extranjera en pequeñas ciudades como la nuestra, evitando así el establecimiento de cordones de miseria y la altísima tasa de desempleo y de vendedores ambulantes que tanto nos afecta.