No creo que se haya dicho una mentira más grande y estrambótica en Colombia que la que se dijo en Cúcuta en la campaña por el SI para el plebiscito. Es la campeona. Para desternillarse de la risa y para abismarse. Pero antes de revelarla permítanme recordar un viejo cuento del comediante Hugo Patiño en el famoso programa de la televisión “Sábados felices”:
Cierto político llegó a la selva en vísperas electorales. Allí, en la plaza del caserío, echó el tradicional discurso demagógico ante los indígenas. Cuando el tipo empezó con el sartal de promesas y dijo: “les haré cinco escuelas”, los aborígenes gritaron fuertemente: ¡macumba, macumba! Entonces el hombre se entusiasmó y anunció: “Cinco no, diez escuelas”, ante lo cual el pueblo aulló ¡macumba! Esto le dio más aliento y les ofreció: “tendrán un moderno aeropuerto”. De nuevo un bramido de ¡macumba! El mismo subió las ofertas: “Les construiré quinientas casas”. Y se repitió el ¡macumba! “Quinientas no, ¡mil casas!”. ¡Macumba, macumba!, resonó en la espesura.
Cuando el engañabobos terminó, se dirigió al río a tomar la canoa de regreso, pero el camino estaba lleno de excrementos humanos y de animales, por lo que el cacique le advirtió: “doctor, cuidado pisa la macumba”.
La perla anunciada es la siguiente: en un barrio de nuestra ciudad, no muy lejos del centro comercial Unicentro, empleados del municipio convocaron a los vecinos que están necesitados del pavimento de sus calles. Desde la cárcel en Bogotá, vía teleconferencia, un exalcalde preso les aseguró que les colaboraría si votaban por el SI y a cambio él también se beneficiaría pues se acogería a la justicia transicional y saldría en libertad. En la misma concentración le expresaron a éste que el cura párroco requería una ayuda para concluir el arreglo de la iglesia; el exalcalde les preguntó: “¿cuánto necesita?”; le contestaron: “veinte millones de pesos”; el cautivo respondió: “díganle al padre que cuente con esa plata”. Luego de esa intervención a distancia del exmandatario, el orador principal soltó la sorpresa más insólita: “Si votan por el SI construiremos por los contornos del Anillo Vial – sector del hogar Santa Rosa de Lima- un parque turístico más grande, más lujoso y más completo que el de Orlando, Florida”.
Una pariente mía, que oyó semejante despropósito, estuvo a punto de saltar de la silla y exclamar como Condorito, ¡plop! Se contuvo pero se quedó cavilando: Disney World tiene en total 12.000 hectáreas, igual a la ciudad de San Francisco; ¿de dónde van a sacar un terreno más grande en Cúcuta? ¿Y el costo de tamaña obra? ¡Ni el presupuesto nacional alcanzaría!
Y ella, quien fue la que me recordó el cuento de Hugo Patiño, también se dijo para sí misma: éste no está hablando sino pura macumba.
Dados los resultados adversos del SI en Norte de Santander y catastróficamente en Cúcuta, no hubo pavimento en el barrio cercano a Unicentro, ni el prometido en las calles del barrio La Merced en la zona de almacenes de repuestos, y el padre aún está esperando los veinte millones para el templo de Nuestra Señora de G.