Por estos días me llegó un meme muy divertido y diciente que decía que Panini iba a sacar un álbum de los candidatos a la presidencia de Colombia para el período 2022-2026 dada la inmensa cantidad de los que han manifestado su interés de lanzarse.
¿Pero cuáles serían las láminas difíciles de salir? Para mí serían los que lleguen de último al pelotón y en esos incluyo a Germán Vargas Lleras, Néstor Humberto Martínez y no incluyo el que diga Uribe porque como el mismo expresidente lo ha dicho, su apoyo puede restar en vez de sumar. Hoy es mejor que Uribe, y en especial Duque, no hablen nada, así hacen mucho.
Martínez claramente se lanzaría por la derecha, en cambio German Vargas Lleras es una incógnita, aunque me atrevo a decir que también se montará en ese tren. No es fácil ver a Vargas Lleras con el Falso Centro, los izquierdistas vergonzantes y quintacolumnistas. El falso centro es la misma izquierda jugando al policía bueno y al policía malo, pero al final defienden a muerte el proceso Santos-farc (que no fue ningún proceso de paz sino una claudicación del estado), la economía colectivista y el estado gigantesco. Van desde Petro hasta Alejandro Gaviria pasando por Fajardo, Robledo, de la Calle, Cristo, el neogalanismo y otros afines. Además, Germán Vargas como político ducho sabe que ese falso centro está muy transitado y después del paro nacional crónico-asonadas que afectó a muchos colombianos, gran parte de los votantes buscaran más orden, palabra que para la izquierda y el falso centro suena a “fascismo”, aunque muchos de sus integrantes no saben que significa ese ismo.
Un buen programa con enfoque al desarrollo económico (reducción del estado, política fiscal más orientada a apoyar las empresas, gran impulso a la infraestructura y recuperación de la seguridad y el orden) haría que muchos se deslicen del centro a la derecha, más aún en alguien creíble. Y Vargas Lleras, sea por lo que sea es creíble. Ya anunció que desde noviembre lanzará sus propuestas, aunque dice no querer ser candidato, como hizo Alejandro Gaviria que hasta poco decía que solo pensaba en su rectoría, aunque todos sabían que se iba a lanzar. Algo aprendió de su jefe Santos. El otro punto a favor de Vargas Lleras es que no se ve como títere de nadie, que es el caso de Alejandro Gaviria y Oscar Iván Zuluaga, y qué si tiene que traicionar a su hasta hoy buen amigo Juan Manuel Santos, lo haría sin temblarle la mano, porque sabe también que si fuera el caso contrario Santos no dudaría traicionarlo. Y es que gran parte de su mala imagen surge de haberse quedado con Santos hasta el final del período de aquel. Una
táctica debe ser marcar diferencia con el Nobel para que gane los votos de la derecha. Y no dudo que lo hará.
Néstor Humberto Martínez, tiene una posición menos sólida para lanzarse, pero le gustaría hacerse medir en la primera vuelta para después apoyar al candidato de la derecha en la segunda vuelta.
Cuando estén todos los que son, como en el juego de monopolio hay que buscar agruparse para tener mejor posición, aunque con tantos egos juntos es muy posible que la mayoría se quiera hacer medir en la primera vuelta. Lo difícil sería hacer debates con ese gentío, pues solo en presentarlos se iría media hora y cada pregunta sin réplica se tomaría una hora.
Tanto Vargas Lleras como Martínez Neira subirían el nivel promedio de la elección y nos sacaría del discurso mamerto, hoy tan de moda. Y aunque esta elección trae muy pocos candidatos que no sean políticos de “toda la vida” y no está para alquilar balcón, es crucial para evitar el salto al vacío. El álbum se debe comprar cuando estén todos los que son, pues hoy están solo candidatos eternos como Petro, Fajardo, y Peñaloza.