De aquí sale todo tipo de artículos. Café, banano, petróleo, marihuana, coca, paras, guerrilleros y bacrim. Ahora se anuncia el último objeto de exportación, nada menos que soldados. 

De todos los grados, menos generales, se informa en medios autorizados, que han revelado secreto militar poco secreto. 

Ochocientos soldados de varios grados irán a prestar servicios a un país árabe, donde tienen bastante dinero, bastantes problemas y pocos profesionales de las armas aunque en otras épocas en esa región se encontraban hombres muy duchos en la utilización de alfanges, arma muy árabe, fusiles, cañones, bombas y toda clase de elementos bélicos. 

El alquiler de profesionales colombianos para pelear demuestra que nos hemos vuelto expertos en campos que en otras épocas estaban reservados para soldados de fortuna, mercenarios, que se alquilaban.

Según lo que se cuenta en los diarios, excombatientes de fuerzas especiales consiguieron ocupación en los Emiratos Árabes, país muy rico situado en Asia y que tiene tanto dinero que no sabe qué hacer con él. 

Por ahora, los soldados participarán en la guerra civil en Yemen, conflicto que se recrudeció hace varios meses a raíz de la intervención militar de Arabia Saudi., país que está ubicado encima de inmenso lago de petróleo, que vale miles de millones de dólares. 

Tienen tanto dinero que se van a dar el lujo de realizar un mundial de fútbol, que le compraron a la desprestigiada Fifa. Algo que no pudimos hacer nosotros, que somos los únicos que han renunciado a esta competencia.

Los soldados colombianos han recibido toda clase de ataques. 

Los han calificado de mercenarios, traidores y  varios calificativos que buscan molestar a los militares que han optado por ganarse unos cuantos dólares que les servirán para gozar de una mejor vejez, superior  las que sufren aquí los llamados ‘’adultos mayores’’, muchos de los cuales, según medios de comunicación, son objeto de ataques y vejámenes por parte de sus parientes más cercanos.

El ingreso de los colombianos, quienes tendrán todo tipo de ventajas, no es cualquier cosa. 

En primer lugar, un salario de mil dólares mensuales y un seguro voluminoso en caso de tener algún percance. Además, contarán con el respaldo de modernas armas, superiores a las que tiene Colombia. 

Claro que habrá peligro de muerte, pero aquí también lo hay, pues nuestro país está plagado de las llamadas minas quiebra patas, que pueden arrancarle una pierna a los combatientes o producirle la muerte, como le ocurrió al hijo de unos amigos que era capitán y se alistaba para pedir el retiro, con miras a iniciar estudios profesionales.  Los viejos no se han repuesto de la perdida. 

Claro está que le guerra a la que van los colombianos es peligrosa. La última vez que soldados colombianos pelearon en el extranjero fue en Corea, donde el batallón Colombia se llenó de gloria. Ahora el caso es distinto pero el peligro es el mismo. En Arabia se enfrentan dos grupos enemigos, los hutíes y los sunitas. Los colombianos colaborarán con estos últimos, quienes se encuentran a órdenes del jeque Jalifa bin Zayed bin Sultán al Nayahan, quien necesita gente experimentada en la guerra. Le recomendaron a los colombianos, que tenemos  fama de valientes y avezados. Contrató un grupo para empezar y en el futuro se llevará más de un batallón. Ojalá, como  los futbolistas, tengan suerte.