Por estos días en Bogotá accidentalmente terminé escuchando una conferencia sobre lo que ha sido la lucha guerrillera en Colombia. El lugar no podía ser más apropiado, “El café Pushkin” en el barrio la Candelaria, en el que paré solo por ese encanto que tienen algunos cafés en el mundo que atraen por la historia que encierra cada uno de ellos, en muchos casos por las personas míticas que los han visitado como sucedió con “el café Guijón” de Madrid, que fue importante durante la época del franquismo por los intelectuales que lo visitaban y de alguna manera trataban de continuar la lucha contra el dictador desde el recinto, o “el café de la Paix en París”, visitado por Tchaikovski o Guy de Maupassant.

En el “Café Pushkin” estaba hablando “Felipe Torres”, uno de los excomandantes del ELN sobre lo que ha sido la lucha guerrillera en Colombia. Después de un riguroso y bien contextualizado análisis histórico sobre los procesos de paz que ha habido en Colombia entre el Estado y la guerrilla, al final presentó un balance positivo sobre lo que pueden ser las conversaciones entre ese grupo guerrillero y el gobierno. Hizo una referencia que me llamó la atención por lo interesante: la lucha a muerte por varios años que sostuvieron dos familias en la costa, los Valdeblanquez y los Cárdenas, grandes amigos al principio en momentos en que uno de los Cárdenas tenía una novia con la que algún día terminó, y la joven después se ennovió con uno de los Valdeblanquez.

Los grandes amigos se mataron, y esa muerte generó una guerra entre las dos familias por muchos años, hasta que algún día esa feroz guerra terminó de forma casi idílica: unos descendientes de cada una de las familias, ya bisnietos, se enamoraron y se casaron. Así terminó una guerra cruenta en Colombia. Esa referencia la hizo el expositor y me pareció muy adecuada, muy interesante, muy nuestra. Es decir, el mensaje que quedó: ¿porqué la lucha guerrillera en Colombia no podría terminar algún día en un acuerdo que le signifique un avance histórico al país? Interesante mensaje del conferencista, y más por tratarse de un hombre muy comprometido con esa lucha. Pero claro, un análisis de esos viene de un hombre serio que tiene una perspectiva histórica de lo que ha sido un conflicto.

Y aquí viene lo que fue la muerte de “Romaña” por estos días en Venezuela. Ha sido uno de los guerrilleros de más ingrata recordación y que más daño le ha hecho al país. Hace unos 24 años se inventó las llamadas pescas milagrosas, un método bárbaro que no corresponde a ninguna forma de lucha, en la que de un momento a otro, por alguna carretera en Colombia “caía en una pesca milagrosa” una persona o una familia que terminaba siendo secuestrada para extorsionar a sus allegados para obtener dinero. Eso no era ninguna guerrilla, esas prácticas no tienen ningún contenido político, eso que se inventó el tal “Romaña” fue una práctica de un vándalo que colocaron por algunos años al país como un país secuestrado por esas prácticas bárbaras.

Da la impresión que la muerte de “Romaña” en Venezuela fue una especie de pesca milagrosa que se presenta entre las disidencias pero ya por temas de narcotráfico. Eso ya es pelea entre bandidos. Incluso, algún analista político señalaba por estos días que era tan fuerte el enfrentamiento entre las disidencias en donde en los últimos meses han muertos tres de ellos, que hasta el mismo Iván Márquez estaría preocupado por lo que podría ser su seguridad en los próximos meses, y podría en ese escenario llegar a pensar que el sitio en donde podría encontrar seguridad sería en Caracas.

Por ahora volvamos al Café Pushkin, con sus tertulias y reflexiones interesantes de analistas políticos y escritores que es lo que finalmente necesita Colombia.