Amables lectores: Colombia es un país de grandes contrastes que rayan en lo incoherente y paradójico en todas las estructuras del Estado, bien sea en el ámbito político, económico, social y hasta el medio ambiental.
Bañado por dos grandes mares potenciales fuentes de riqueza y dotado de múltiples e importantes afluentes hídricos.
Considerado hasta hace un par de años potencia hídrica mundial, hoy cerca de 38 de sus municipios están en racionamiento de agua por falta de planeación y organización de sus recursos acuíferos.
Qué gran paradoja ricos en agua pero muriendo de sed, con el agravante de la minería informal al contaminar nuestros ríos con mercurio y la voraz extracción de materiales de arrastre, con licencia ambiental, que destruye lo poco que queda en esas corrientes hídricas.
Recientemente vimos a la Fiscalía tratando de detener el escándalo causado por esa entidad, al investigar un posible aborto que se habría practicado una actriz de televisión y paradójicamente, seis semanas después, la misma Fiscalía presenta ante el congreso un proyecto de ley que faculta a cualquier mujer a practicarse aborto hasta las doce semanas de gestación, sin justificación médica.
La Fiscalía otorgó millonarios contratos a la señora Natalia Springer, argumentando que serían novedosos y valiosísimos sus aportes para el proceso de paz que se adelanta entre las Farc y el estado; ante la escandalosa cifra de tal contratación, la Red de Veeduría ciudadana solicitó investigar el caso, para lo cual la misma Fiscalía envía a un abogado investigador.
Es decir “Yo con yo”. Se imaginan ¿cuál será el resultado? Comentan que si se levanta una piedra aparece un contrato de la Springer.
Muchos colombianos se conmueven y lloran por perritos callejeros, por gatos, caballos y marranitos, incluso los han humanizado a tal punto que los tratan como a hijos suyos.
Les pagan colegios, IPS, entrenador personal, peluquería con arreglo de uñas y odontólogo veterinario especializado, pero en muchos casos, estas mismas personas son indiferentes a la presencia de niños y ancianos a quienes deshumanizan y llaman desechables sin conmoverse ante el hambre y la enfermedad de cuerpo y alma que suele signar a este nuestro prójimo.
¡Qué gran paradoja! Colombia se jacta de tener la población más liberal pero al mismo tiempo es la más conservadora, protege la vida fetal, aborrece el aborto pero ha llegado a ser indiferente ante el sicariato, el secuestro, el feminicidio, la violencia intrafamiliar y llevamos más de cincuenta años en una gran guerra fratricida.
Muchísimos colombianos eligen a sus gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y hasta el presidente, con mañosas prácticas compra-venta de votos y una vez en el poder, es decir logrando el botín, les exigen que sean honestos. ¡Zipote incoherencia! ¿Verdad?
Colombia es quizás el país más desigual de Suramérica. El 10% de los ricos se llevan el 40% de los ingresos totales del país.
En el 2014 el índice de pobreza fue del 28.5%, esto representa 13.210.000 personas que permanecen en la pobreza, Cúcuta en este índice pasó del 31.3% al 33,1%. Bucaramanga en cambio redujo su pobreza considerablemente y está en el 8.4%. En Cúcuta abundan los subsidios pero estos se convierten en unas trampas de pobreza, mientras no se mejore la educación, se incentive la formación de empresas para romper el círculo vicioso de la pobreza.
La mayor parte del pueblo Colombiano profesa la religión católica pero nada más alejado de la espiritualidad y del amor a Dios que la religiosidad y el ritualismo que acostumbran a practicar los colombianos.
Colombia ocupa el primer lugar en práctica de cirugía plástica y estética. En nuestro país se explota la belleza femenina a punto que muchas mujeres son tratadas como objetos sexuales y se someten a cirugías para aumentar el tamaño de senos y glúteos y participan en reinados de belleza desde los 4 años. Qué bueno invitarlas a participar en concursos de física, química, matemáticas y sociales y convertirlas en lideres políticas y empresariales.
