Definitivamente el año que terminó y en los anteriores, no ha sido posible que la administración municipal le regale a la ciudad lo que sus habitantes, en particular los conductores deseamos: vías en buen estado.
El asunto es muy sencillo de entender, puesto que con la celebración del nacimiento del Niño Jesús, la gran mayoría de los menores, recibieron un regalo por parte de sus padres, el cual ya habían visto en los almacenes o las publicaciones de los diferentes medios de comunicación, pero llegado ese día, aquel padre de familia no compró ese regalo esperado, sino que decidió cambiarlo por otro que seguramente era más costoso pero infortunadamente, ese no era el regalo anhelado.
Eso mismo sucedió con nuestro alcalde Yáñez, que muy contento en las redes sociales ha presentado algunos proyectos y eventos comunitarios, pero la verdad, lo que estábamos esperando era el parcheo de las calles, porque ni pensar en el cambio de carpeta asfáltica dado que eso es realmente imposible, habida cuenta que no es su prioridad ni será en un inmediato futuro.
Desesperado por las justas críticas, ordenó señalizar algunas vías pero “olvidó” que su estado es tan deplorable, que aplicando pintura para disimularlas, tan solo causaría malestar y así sucedió. Instaló reductores de velocidad innecesarios, pintó de colores algunos pasos peatonales, señalizó cruces destrozados y no contento con eso, ordenó una brigada tapa-huecos, exageradamente chambona.
Nuestro alcalde es ingeniero civil, con más de cuarenta años de experiencia profesional, conocedor de las especificaciones mínimas de un trabajo de parcheo, pero decidieron algo espantoso y que de seguro no durará lo que esperan, porque pareciera que la tarea fue ordenada por personas que distan de los conocimientos básicos de ingeniería y aún menos cuando se trata de intervención vial.
Considero que es hora de un pronunciamiento de la Sociedad de Ingenieros o de la academia que entre otras cosas, gozan de excelente reputación, para que conceptúen sobre lo que se está haciendo en la ciudad con el dinero de todos los contribuyentes. El silencio no puede ser parte de una agremiación que en otras oportunidades se ha hecho sentir, pero a la fecha es poco o nada sobre conceptos que en la ejecución de trabajos se refiere y aún más, si son recursos públicos.
Me parece que no es suficiente lanzar una mezcla a las carreras y que todos guardemos silencio con la complaciente expresión: “por lo menos taparon los huecos” toda vez que atender la malla vial no es opcional sino obligatorio, aspecto que no es del interés del administrador del municipio y eso es lamentable porque se trataría de una misteriosa inversión que además merece una juiciosa revisión por parte de nuestros representantes en el Concejo de la ciudad.
Esperamos, que algún día llegue al principal cargo de la ciudad una persona que se responsabilice por la movilidad en todas sus temáticas, en particular el mejoramiento vial porque muy a mi pesar, el regalo que nos dieron en la pasada Navidad, es un parcheo chambón.
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