Como castigo al continuismo, el país en primera vuelta eligió a Gustavo Petro y a Rodolfo Hernández, para la disputa en segunda vuelta el próximo 19 de junio a la Presidencia de la República. La pobreza generalizada, la inseguridad desbordada, las altas tasas de desempleo y la corrupción principalmente que, en forma sistemática, esos, los políticos ambiciosos de poder y fama a cualquier precio, a espaldas de un pueblo postrado, abusando hasta la saciedad, estos en retaliación, le pasaron, como se dice coloquialmente, la factura.
El desastroso gobierno de Duque y el desgaste del señor Álvaro Uribe después de estar 20 años en forma omnipotente ejerciendo el poder directa e indirectamente, terminaron por cansar a los colombianos que esperanzados ven en los dos candidatos perfilarse un cambio, que ojalá no vaya ser peor el remedio que la enfermedad, como parroquialmente nos sucedió en la ciudad de Cúcuta con los desastrosos mandatos de Pauselino Camargo, María Eugenia Riascos y ahora con Jairo Tomás Yáñez.
Al señor Uribe, le recomendaría de corazón, que se retire a escribir sus memorias, a descansar tranquilo si lo deja su conciencia, como lo merece un buen jubilado y disfrutar la fortuna conseguida en su sufrida carrera política, amén de consentir a los nietos y sacar a mear al perrito. Al respecto, por pertinente, traigo a colación como si fuera ayer y no me dejan mentir los delegados que me acompañaron en esa ocasión, la mayoría, por fortuna, vivos todavía, sucedió en una Convención del Partido Liberal, hace más de 30 años, cuando muchos Delegados en la Convención ante la renuencia del expresidente Alfonso López Michelsen de aceptar la presidencia del partido y retirarse a los cuarteles de invierno, intervine como delegado pidiéndole a los convencionistas que no le insistieran más al expresidente, que él quería descansar, que por favor respetaran su voluntad de retirarse del trajinar político. De inmediato como un resorte, brincó de la butaca el doctor López, manifestando que él no quería decir eso, que lo estaba malinterpretando, resultado: Pura caña, no quería Alfonso López Michelsen retirarse y fue elegido jefe del glorioso Partido Liberal en el año de 1984.
Para la segunda vuelta que Dios nos coja confesados y que sea lo que él y los electores en su infinita sabiduría quieran, ojalá para bien. Será una lotería, un carisellazo dirán los jugadores y si cae parada la moneda, o los electores no simpatizan por ninguno, el voto en blanco sería una opción, que según la Registraduría no tendrá valor alguno, pero se daría cumplimiento con el deber ciudadano de acudir a las urnas.
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