Hace unas semanas, la Alcaldía de Cúcuta y la Dirección de Tránsito y Transporte (DITRA) adscrita a la Policía Nacional, firmaron un convenio el cual estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2021. El mismo, permitirá la presencia de sesenta y cinco uniformados expertos en el tema, principalmente en lo que a la parte operativa se refiere.
El alcalde de la ciudad, celebró con bombos y platillos una obligación que se desprende del deber ser y por eso aún me pregunto el por qué según la noticia publicada expresó: “…son 65 uniformados los que reforzarán la seguridad vial. La iniciativa es parte de la estrategia Cúcuta se mueve segura y responsable”.
Lo anterior, porque no se observa por ningún lado la presencia de los policías de tránsito y de ahí que no se trataba de reforzar sino de cumplir con una obligación propia del cargo como lo constituye la movilidad. Además en la cuenta de Twitter de la alcaldía, presentaban el “plan de trabajo” que a mi modo de ver está bien alejado de la verdadera necesidad.
Anunció entre otros: 1. Atención de incidentes viales que van desde choques hasta aquellos donde se presentan heridos y víctimas fatales. 2. Campañas de Seguridad Vial que impactarán positivamente en los diferentes actores viales de la ciudad. 3. Regulación del tránsito, reforzando el pie de fuerza hasta con treinta funcionarios de la Policía Nacional para contribuir única y exclusivamente a esta labor, sin generar costos adicionales al convenio marco y la mejor de todas, 4. Control operativo mediante tareas de capturas en flagrancia, recuperación de vehículos robados, incautación de material bélico, narcóticos y precursores químicos para su fabricación y recuperación de mercancía robada.
Lamento decirle a la administración y al responsable del DITRA en la ciudad, que tan solo los numerales 1 y 3 pudieran aplicar en un convenio que su principal atención debe ser la regulación vehicular, puesto que las principales vías arterias de la ciudad son invadidas por desadaptados conductores que estacionan sus vehículos ocupando un carril a cualquier hora del día, sin que aparezca en varias horas un miembro del DITRA u otro uniformado que por lo menos obligue al infractor a mover su vehículo.
Es en ese instante en que el ciudadano del común, se enfurece al encontrarse operativos fantasmas, mientras en el resto de la ciudad, reina la anarquía en materia de movilidad, toda vez que no se ven los 65 del convenio que según el alcalde son “refuerzo” ni los treinta adicionales. La verdad, solo es posible verlos cuando están en formación y listos para la noticia, puesto que por lo demás, son figuras decorativas.
No es necesario distraer la atención de un convenio, incluyendo rellenos de aire compuestos por campañas de seguridad vial, cuando en realidad son retenes de mal gusto y con bajos resultados estadísticos y en cuanto al numeral 4, pues ni hablar porque es tarea constitucional y con solo que se dedique a los puntos 1 y 3 de pronto se vuelvan visibles.