No hay nada más peligroso en un país que la incertidumbre electoral. Estamos a 8 días de las elecciones y aún el Consejo Nacional Electoral no se pronuncia oficialmente sobre si el General Mora está inhabilitado o no, con todo lo que ello significa. Hasta las suspicacias cada día toman más fuerza.

El jueves pasado la opinión pública, movimientos políticos, muchos candidatos que necesitan tomar decisiones, esperaban la decisión del Consejo Electoral, y casi como una burla al departamento, el órgano electoral tomó decisión de candidatos en Pamplonita, Villa del Rosario, y de municipios que los escuchamos por primera vez – sin desconocer que todos son importantes -, pero en lo que tiene que ver con el departamento, nada que se pronuncian.

¿Será cierto todas esas suspicacias que se tejen en varios círculos del porqué curiosamente el Consejo Electoral comete un error involuntario en una notificación? Lo más curioso del tema es que a Santa Marta, Cali, Santander, e incluso hasta al hombre Malboro en Maicao le definieron, y nosotros nada de nada.

Mientras el Consejo Electoral juega con el departamento, los debates para la alcaldía y la gobernación organizados por la Cámara de Comercio y La Opinión, son algo así como una radiografía de una ciudad, de una región, de nuestra idiosincrasia, muestra lo que somos, lo que queremos ser; insultos van, insultos vienen.

En esos debates vale todo. Dicen los candidatos a la alcaldía que ahora sí se arreglará toda la malla vial de la ciudad que “el zurrón” no pavimentó, que se va a recoger una cantidad de indigentes y que los van poner a trabajar, que se acabarán las concesiones leoninas, que el caos del centro se va a solucionar, e incluso alguno alcanzó a decir que a futuro se podrán hasta hacer paseos turísticos.

Muy optimista el candidato. En esos debates hay expresiones también de desprecio, muestran que no tenemos cultura política: las encuestas – ojalá se equivoquen – señalan que ganaría Leonardo Jácome, y justo no fue al debate. Del otro lado, espero que también se equivoquen, dicen que William ganará la gobernación por tercera vez, y tampoco fue al debate. Esa es una expresión de desprecio, de triunfo anticipado, una manifestación de que su inmenso poder económico lo puede todo, un mensaje de que pueden ganar sin necesidad de debates.

No les interesa. Ojalá no gane ni el uno ni el otro. Eso sería lo peor que nos podría suceder en 8 días. Toda expresión de poder corrupto y nauseabundo cae algún día. Algo de eso muestra la película “Saló o los 120 días de Sodoma” de Passolini, en 1944 en el norte de Italia en un momento en que el fascismo era derrotado, unos oficiales de Mussolini que pierden ese poder, deciden en una expresión manifiesta de deterioro ético y moral en incurrir en actos de degradación. Mucho de la administración pública aquí están en una fase inicial de esa soberbia. Creen que con dinero todo lo consiguen.

Por ello, en el segundo debate se trataron de ladrones, se sacaron “los trapos”. “Usted que habla si usted está protegido por Ramiro”, que mire lo que están haciendo en Los Patios con el cambio del uso del suelo, que los del Faro del Catatumbo lo que se están robando, que las 10 razones para votar por William, son en realidad 10 razones para no votar por él. Que William está bajando mucho y que está lejos de sacar los mismos votos que obtuvo Silvano Serrano de 327 mil votos hace 4 años. Bastante probable.

En Ocaña y varios municipios cercanos van a votar en blanco a la gobernación. Para nada gustó la manera como fueron obligados esta semana contratistas y empleados a salir a una de las calles principales a expresar “su apoyo” al candidato Villamizar. La paciencia se agotó, el voto protesta el próximo domingo es una opción. Que nuestra pasividad no se vuelva complicidad.