Todo parece indicar que los primeros días de este año han respondido a las expectativas con que se recibió.
En la política internacional el anuncio de Corea del Norte sobre la prueba de una bomba de hidrógeno, con efectos destructivos superiores a los de la bomba atómica, y el rompimiento de relaciones entre Arabia Saudita e Irán, tienen al mundo en alerta roja.
En el campo económico global la situación es cada día más delicada debido a la caída del precio del crudo hasta los 33 dólares, el más bajo en los últimos once años, y a la desaceleración económica de China por encima de lo esperado.
La volatilidad de los mercados de renta variable (acciones), llevó a la bolsa de Shanghai a cerrar sus operaciones al poco tiempo de su apertura en dos oportunidades esta semana, lunes y jueves, pues las pérdidas superaban el 7 por ciento establecido como límite. El jueves las operaciones apenas duraron 27 minutos.
Hasta el jueves las pérdidas de la bolsa de Shanghai en el último semestre sumaban un 40 por ciento, mientras el precio del yuan llegaba a niveles de 2011 (6.5 yuanes= I dólar). Se considera que solo en diciembre salieron 130.000 millones de dólares de las reservas internacionales chinas.
La depreciación del yuan y la desaceleración de la economía del país asiático incidirán negativamente en el precio de las materias primas con altos perjuicios para los países que basan sus exportaciones en los productos básicos.
Los tentáculos de esta crisis se han extendido por todo el mundo, el Don Jones hasta el jueves había perdido 9% en lo corrido de este año, en tanto que en Europa los indicadores bursátiles mostraban pérdidas de 7.9%.
En Colombia lo sucedido en lo corrido de 2016 ha respondido a la percepción pesimista de sus habitantes, de acuerdo a las encuestas.
Para empezar la calificación de riesgo país Colombia pasó de 130 a 305 puntos, lo que representa una baja de confianza internacional.
Para completar, la comisión de expertos contratada por el gobierno presentó las recomendaciones para la reforma tributaria, con la que se espera recuperar parte de las pérdidas generadas por la considerable caída en las exportaciones como consecuencia de la baja cotización del petróleo.
Probablemente se hará un concurso, con un buen premio para quien detecte alguna ventaja en tan salomónica propuesta. El IVA pasará de 16 a 19 por ciento, se aplicará IVA a los productos básicos de la canasta familiar, como los huevos y la carne, así como a los útiles escolares. Los avalúos de los carros para los impuestos se basaran en precio, tamaño y peso, las pensiones pagarán impuestos, habrá doble tributación pues los dividendos entrarán en esta lista. La letanía de esta amenaza sigue, estos son apenas unos ejemplos.
Claro que aún no podemos pensar que los tiempos pasados fueron mejores, pues esta es apenas una propuesta del selecto grupo, ahora vendrá el análisis por parte del gobierno. Esta preocupación no nos deja pensar en paz. ¿Quién podrá defendernos?