La nueva ministra de Educación, Aurora Vergara, ha dicho que dentro de sus planes estará el restablecimiento de la cátedra de Historia.
Ojalá por fin las nuevas generaciones de colombianos, puedan contar con la posibilidad de estudiar el pasado de nuestro país, de tal manera que sea posible compenetrarse con los acontecimientos que han sucedido y que nos han marcado a través de los tiempos y de los cuales podamos deducir lo que somos, con todos los atributos y defectos.
A su vez conocer los personajes protagónicos, la lucha de los sectores sociales, el surgimiento de la identidad, los aciertos y desaciertos, y a su vez, la obtención de la información necesaria, para asumir el análisis crítico que permita identificar los procesos y a su vez determinar la suerte de los mismos, dentro de un escenario de discusión imparcial, en donde concurran los mas diversos criterios y opiniones, y en donde el observador desprevenido pueda sacar sus propias conclusiones.
Pero, sobre todo, saber de dónde venimos, cual ha sido el acontecer de nuestras generaciones y por qué estamos aquí, en el ahora.
Es una deuda monumental con los ciudadanos de hoy, que han crecido en medio de la ignorancia de la historia, pues hace 37 años se suprimió la cátedra, sin que mediaran explicaciones, y los gobiernos subsiguientes nunca entendieron la importancia de la materia y lo esencial que resulta para cualquier persona el tener identidad frente a su pasado.
Esta circunstancia ha hecho que nuestros jóvenes pasen vergüenza frente a sus similares de otros países, pues en los ambientes de discusión que se encuentran, hoy todo fácil con la presencia de la virtualidad, no tengan nada qué decir de lo que ha sucedido en su medio con anterioridad a sus vidas.
La ley que ordena el restablecimiento de la cátedra de Historia se aprobó en el 2017, y es la número 1874; el decreto que la reglamenta, también fue expedido y la comisión que estudió su implementación también rindió su informe. ¿Qué esperamos? Ojalá la nueva ministra, tal como lo ha prometido, nos ofrezca una respuesta pronta, de tal manera que por fin ese fundamental propósito pueda ser realidad.
No nos explicamos la exagerada lentitud con que ha marchado el proceso, ni tampoco la pereza para adoptar el sistema, si todo le país lo está esperando, de hecho, la ley respectiva fue aprobada por unanimidad en el Congreso, con la aquiescencia de absolutamente todos los sectores políticos.
Estas razones nos llaman a ser optimistas frente al anuncio de la señora ministra, que esperamos se haga realidad lo más pronto posible. Los colombianos aplaudiremos con júbilo.
