La revisión de la historia a la luz de los valores morales actuales se conoce como revisionismo histórico. Es releer la historia sacándola de su momento histórico y los valores morales de su época y reescribirla con los valores morales actuales, lo cual es además un acto de soberbia inculta, pues muchas veces es soberbia por crasa ignorancia.
Lo estamos viendo con la destrucción de monumentos históricos que rememoran la conquista española de América. Y lo primero que hay que decir es que Colón no descubrió América, pues hay registros claros de la llegada a este continente de parte de la flota del almirante chino Zheng hacia 1421, de la llegada de vikingos en épocas un poco anteriores y de otros contactos. Lo que Colón hizo fue “descubrir” para la corona española un nuevo territorio de explotación, como hacían todos los imperios de la época. El fin de la edad media europea marca el inicio de las grandes gestas de conquista por parte de Europa no solo en América, sino también en África, Asia y el Pacífico. No eran viajes diplomáticos, eran de conquista. Así pasó con India, con China e Indochina por parte de los imperios inglés, francés y holandés, o con el asesinato masivo del rey belga Leopoldo en el Congo, o las guerras del opio entre China e Inglaterra que son otro capítulo imperialista, pero histórico.
Centrémonos. Cuando llegaron los ingleses a India ya existía el sistema de castas y los marajás llenos de esclavos. En China también había fuertes conflictos internos, como los que había entre aztecas y toltecas en lo que hoy es México-Guatemala y en todos los casos había variantes de esclavismo. En general, era un mundo muy difícil donde la esperanza media de vida no pasaba de entre 25 y 30 años y la mujer en la mayoría de las sociedades era menospreciada. De esos conflictos internos se aprovecharon los conquistadores.
La palabra aborigen según la Real Academia significa “primitivo habitante de un país”. ¿Los indígenas que existían a la llegada de Colón eran los “primitivos” habitantes del país? Muy posiblemente no. Y la razón es que el Homo Sapiens (humanos) como especie surge en África hace unos 200 mil años. Todos los habitantes del planeta descienden de allí, vía migración. Pero cuando surgió el Homo Sapiens también surgieron otros homos, el más conocido el de Neandertal, a todos los cuales extinguió el sapiens. Aún no se sabe si fue primero el sapiens o el de neandertal, solo sabemos que sobrevivió la especie más capacitada y violenta. El sapiens llega a América antes del final de la última glaciación (hace unos 12 mil años) entrando por el puente helado de Bering. Es de presumir que hubo varias oleadas y que algunas eliminaron a otras para sobrevivir, por lo que los que habitaban América a la llegada del almirante genovés posiblemente eran descendientes de aquellos que habían eliminados a “aborígenes” ya asentados allí antes. La sociedad americana indígena había avanzado socialmente mucho a la llegada de Colón, pero aún era una sociedad débil como estructura, lo que explica su rápida conquista y colonización.
El revisionismo histórico tiene dos lentes para mirar la historia: el negro para el conquistador y el blanco para los conquistados. Los dos son sesgos ideologizados. El filósofo francés André Gidé dijo que la verdad era de color gris y la historia se pinta en tonos grises, no así el revisionismo histórico. La verdadera historia lo que relata es el camino zigzagueante por el que la sociedad humana ha ascendido.
El revisionismo histórico es la tan útil posverdad extremista que busca polarizar aún más la sociedad buscando llegar al paraíso socialista colectivista, otro espejismo revisionista, pues la historia ya dio su veredicto sobre ese modelo y fue negativo. El intelectualmente árido revisionismo histórico cae en la estrategia de todas las formas de lucha y se usará mientras capte incautos.