Cúcuta es una ciudad que cuenta con muchos atractivos a pesar de sus dificultades. Pasearse en las noches y sentir la brisa de Cúcuta es una experiencia acogedora, relajante, que tiene hasta algo de magia.
Esa posibilidad de encontrar a los amigos en cualquier esquina, siempre dispuestos a hablar, a contar algún rumor de política, a analizarlo y hacer predicciones sobre el futuro de la ciudad, hacen parte de nuestra idiosincrasia.
A veces da la impresión de que algunos vivieran de eso. Por estos días a cuatro meses de las elecciones, en momentos en que aparecen nuevos candidatos los rumores en política se hacen más intensos y algunos resultan hasta inverosímiles.
Así, se asegura que hay nuevas alianzas, nuevas componendas, nuevas estrategias para llegar tanto a la Gobernación y a la Alcaldía, como a la Asamblea y los Concejos municipales.
¿Hasta dónde será cierto ese rumor que circula sobre una supuesta diferencia entre Alejandro Carlos Chacón y el candidato Mathey, que llevaría al primero a darle el respaldo a Jorge Acevedo?
¿Qué tan creíble es esa encuesta que circula por todos lados en la que aparece Acevedo con una favorabilidad del 22%, frente al 19% de Marthey, y que mostrarían que a pocos días de las elecciones la alcaldía se la disputarían estos últimos?
Lo que no es un rumor sino una realidad política es que por los lados del partido Conservador no hay unanimidad, no existe un consenso en torno a apoyar mayoritariamente al exconcejal Víctor Suárez a la Alcaldía ni a Silvano Serrano a la Gobernación, y también se expresan ya públicamente apoyos a la candidatura de Jorge Acevedo a la Alcaldía y a la de Juan Carlos García Herreros a la Gobernación; ¿se tratará de otro capítulo más de esa otra realidad en política, la de que es mejor apostarle y sacar provecho al que esté de primero en las encuestas antes que seguir los lineamientos de un partido, en el primero de los casos, y porque no ven muy sólido a Silvano en el segundo?
En lo personal, tuve ocasión de seguir algunos de los debates que hiciera en la corporación municipal Víctor Suarez, y me pareció un concejal serio y con buenos fundamentos en sus intervenciones.
¿Qué tanta fuerza podría tener un candidato como José Fernando Bautista que ha tomado el camino de firmas como una estrategia de encontrar apoyo popular?
Muchos aseguran que no le funcionó y que el hecho de mostrarse como un “outsider” tampoco le ha funcionado y en cambio lo alejó de sus amigos de la política tradicional a la cual siempre ha pertenecido y por cuenta de la cual ha desempeñado muchas posiciones.
Cúcuta es una ciudad cuya mayoría poblacional está en los estratos 1 y 2, y esa pobreza, esa informalidad y cruda realidad, son explotadas por maquinarias políticas locales que de hecho se han enriquecido desbordadamente en el ejercicio de la política. Esto último ya no es ningún rumor sino una realidad en la que se ha convertido la actividad política en la región. Aquí en la ciudad y la región existe una poderosa maquinaria política, muy fortalecida económicamente y en intereses que en ocasiones no son los mejores, que dominan la política local.
De hecho, también se rumora que es tanto el poder de esa maquinaria local, que ya hasta se especula sobre quienes podrían ser los candidatos en 4 años, como si estuviéramos condenados en temas políticos a padecer algo así como “un infernal carrusel político”, que se repite, como si la política de Cúcuta y el Norte de Santander, como lo escribiera en la Divina Comedia Dante Alighieri, estuviere condenada a los círculos del infierno de los que hablaba el poeta italiano.
Por eso, entre tantos rumores y especulaciones en política por estos días, sólo queda una pregunta, ¿hasta cuándo tanto manejo del electorado por parte de los agentes políticos que se han enriquecido?