Amables lectores: Es necesario iniciar este 2022 con optimismo, con trabajo, entusiasmo, responsabilidad, pero principalmente con ganas, porque vamos con certeza a salir adelante.
El columnista Juan Lozano, con la seriedad y mente lúcida que caracterizan sus escritos, manifiesta: “Veo señales alentadoras de reactivación económica y recuperación de empleo”. “Veo con claridad un compromiso de lucha contra la inflación, cuya gravedad ya fue detectada por la junta de Banrep”. “Veo una clase empresarial vigorosa, tonificada y responsable”. Afirma igualmente el columnista Lozano, con su franqueza característica que: “Las jornadas amargas de protesta social generaron muerte, vandalismo, caos, miedo y pérdidas millonarias a la economía, mostraron a millones de colombianos lo que sucederá si se opta por modelos que promuevan el odio y lo que sucede cuando gobernantes locales, llevados por sus propias tendencias políticas, no ejercen la autoridad legítima que les da el Estado de derecho”. Continúa el columnista afirmando que observa a numerosos ciudadanos entendiendo el peligro que representa para el bienestar colectivo, recorrer inconscientemente el mismo camino de Venezuela, Nicaragua, Cuba y posiblemente Chile y Perú.
Con el optimismo que me embarga y el ver que el actual gobierno, no obstante con todo y sus errores, está cerrando bien, estimo que las prioridades para el 2022 en política económica deben ser la creación de más empleo e iniciar la discusión formal de una reforma laboral. En Colombia la población ocupada llega a 21,8 millones de personas y, en comparación con noviembre de 2020, se crearon 536,000 nuevos empleos. No obstante, la diferencia con las cifras previas a la pandemia sigue siendo grandes.
Se debe mejorar la dinámica laboral, porque esto necesariamente reducirá los altos índices de pobreza que dejó la pandemia y se podrá pensar en poner fin a las ayudas monetarias extraordinarias que solo llevan a un grupo grande de ciudadanos a querer vivir de una economía del subsidio. Existen situaciones puntuales para entrar a debatir un proyecto de reforma laboral tales como las falencias estructurales del trabajo remoto, la creciente informalidad, y regulación del trabajo de los domiciliarios, creado durante la pandemia.
El columnista Andrés Barreto afirma que cuando se habla de ojo con el 2022 es un llamado a que los ciudadanos, electores, consumidores y productores exijan propuestas y agendas de bienestar, no por vía solo de controles o de exenciones ni de subsidios, sino de más empresa, más trabajo, más mercado, más oferta y bienes con mejores precios y calidad.
Viendo el altísimo número de opciones políticas derivadas del alto número de candidatos, se pensaría que entre más opciones políticas existan, más profunda es la democracia. Esto no es para nada cierto, porque una democracia fraccionada, siempre es propensa a los extremismos y, por tanto, no es una señal de que esta sea vigorosa. La decena de candidatos a la presidencia es un claro símbolo de la desaparición de los partidos y, por tanto, de la ausencia de estructuras políticas representativas.
Votemos bien. No más políticos corruptos ni más discursos inmorales que toleran corrupción en sus propias filas y critican cuando se presentan en los demás. Seamos auditores de la compraventa de votos y nunca olvidemos la frase recientemente recordada por el expresidente Uribe que le decía Fidel Castro a Hugo Chávez: “Haga elecciones siempre que tenga controlado el resultado”.
