La encuesta nacional que acaba de realizar la universidad Andrés Bello de Venezuela, sobre la calidad de vida de los habitantes de ese país, nos arroja un resultado desgarrador y dramático: el deterioro de vida de los venezolanos es tal, que en estos momentos la pobreza abarca al 94.5% de los habitantes de ese país, agravado además por un 1600% de hiperinflación que se proyecta para este año, tal vez la más alta del mundo, en donde los precios a veces tienen que variar varias veces en el día, debido a la impresionante desvalorización de la moneda, pues el gobierno no encuentra otro camino que el de emitir y emitir dinero, sin contar con respaldo para asegurar su valor; se ha limitado con quitar periódicamente tres o seis ceros a la divisa, creyendo que con eso alivia el problema.
La situación es de una crudeza tal, en donde sobresale el desabastecimiento de productos de primera necesidad, sumado a la escasez de medicamentos y hasta la carencia de energía eléctrica para surtir los hogares y asistir la poca industria que queda, a lo cual se suma la carencia de gasolina para la movilización, a pesar de ser el país con mayores reservas de petróleo del mundo, situación que ha llevado ya a seis millones de venezolanos a salir desesperados de su propio país, porque no encuentran como sobrevivir, y se cree que hay cuatro millones más que están en plan de abandonarlo.
Sin duda estamos ante una emergencia humanitaria, que lamentablemente las potencias no dejan solucionar, pues mientras Rusia y China lo toleran todo con tal de tenerlo como aliado, Estados Unidos presiona a la fuerza, sin lograrlo, que haya un cambio de régimen.
Es increíble que, en este estado de la civilización en que se encuentra el mundo en pleno siglo XXI, se esté dando ejemplo de la mayor incivilización, hasta el punto de que se tolere el desangre total de una nación, con todo lo que significa en vidas humanas y en daño a un país y a toda una región del continente, en donde repercute la preocupante situación que se vive.
El gobierno, en actitud deshonesta, se conforma con maquillar cifras y hablar de unos números que a nadie le cuadran, mientras la realidad grita en forma desesperada; y por otro lado, se dedica a facilitar la migración, para que la población mas vulnerable se vaya con sus necesidades a otros países y de esta manera alivie la terrible enfermedad al interior del país.
Se acaba de ordenar el desbloqueo de la frontera por parte del gobierno de Maduro y muy seguramente la migración se intensificará en los próximos meses, derivada de esa manifestación de los venezolanos en la encuesta, que refleja que cuatro millones mas quieren abandonar el país. ¿Estamos preparados?