En la historia de Cúcuta que recuerde, no se había presentado tanta gama de precandidatos a la alcaldía de Cúcuta. Más de una docena de ellos y el rancho ardiendo, se encuentran enfrascados en la recolección de firmas que los habiliten ante la Registraduría como candidatos a ocupar el primer cargo del municipio. 

Y como una firma no se le niega a nadie, los ciudadanos estampan la suya por todos los precandidatos que les presenten los formularios oficiales. 

Una elección tan importante como la de elegir a la persona que rija los destinos del municipio, lo están convirtiendo en algo un poquito folclórico, pues pretenden aspirar personajes totalmente desconocidos para la ciudad.   

Lo de las firmas como supuesto apoyo anticipado de los potenciales electores es una falacia por la repetición de firmas en las mismas. De acuerdo a algunas encuestas autorizadas por el Consejo Nacional Electoral, ninguno en forma individual ha despertado el entusiasmo ante la ciudadanía que  permita presagiar el suficiente apoyo en la contienda electoral del próximo mes de octubre. 

Un precandidato se encuentra en punta un poquito lejos de sus contendores con un escaso 17% que permite evidenciar que estará hasta el final de la contienda como un fuerte competidor con muchas posibilidades.

Los que lo siguen con apenas un dígito en las encuestas vienen repuntando por su trabajo político  en los barrios y en las redes sociales ahora importantes para el despliegue de sus respectivos programas que sirva de plataforma para el posicionamiento de la imagen que les permita también llegar con posibilidades ciertas. 

La ciudad en condiciones normales siempre ha atravesado situaciones presupuestales difíciles, por el bajo recaudo de sus dos principales rentas, el predial e industria y comercio que no alcanzan a sufragar las enormes necesidades de inversión social de la comunidad que crece en forma geométrica.

Y las ayudas de los congresistas llamados cupos indicativos o lo que se va llamar en la nueva reforma política inversión de iniciativa congresional que manejará el 20% de la inversión social, es muy pero muy poca la que históricamente llega a la ciudad de Cúcuta. 

Necesariamente para que haya seriedad en el próximo debate electoral, en lo que respecta a la Alcaldía, deben quedar un máximo de 3 o cuatro candidatos de tal suerte que el ganador cuente con un amplio respaldo de la ciudadanía. Deben ir pensando desde ya los señores precandidatos, en establecer alianzas de acuerdo a unos  programas realizables y no repetir la experiencia de los que  votaron por unas casas en el aire que no se ven por ninguna parte.