La semana pasada, en el editorial de este importante medio de comunicación, se trató lo relacionado con el crecimiento incontrolado de parqueaderos, con el agravante de que la mayor parte de ellos, aparecieron en los sitios donde alguna vez funcionaron exitosos almacenes y desaparecidas o fusionadas entidades bancarias.
Complementando lo anotado, voy a referirme a la necesidad de conocer el por qué de la escasa cultura ciudadana, al preferir dejar el vehículo abandonado con los riesgos que significan. Sería interesante, que la administración realizara una juiciosa investigación o ejercicio estadístico para conocer entre otros, los motivos por los cuales una persona prefiere dejar por horas abandonado su vehículo, teniendo a menos de cinco metros un estacionamiento que le ofrece la posibilidad de no ser hurtado o desvalijado. También podría tenerse información valiosa relacionada con tiempos, tipo de automotor y demás variables necesarias para invertir en tan jugoso negocio, siempre y cuando los ciudadanos entiendan la diferencia entre asegurar y arriesgar.
Un ejemplo de lo anterior, es la situación de abandono de muchos automotores sobre la Avenida 1 entre calles 20 y 13, lugar donde funcionan importantes EPS, IPS, droguerías, supermercados, un destacado club social de la ciudad y otros lugares que atienden a clientes y usuarios. Sobre la misma vía arteria, entre las calles antes nombradas, funcionan cuatro parqueaderos con suficiente capacidad de atención vehicular, pero mientras los indisciplinados conductores dejan sus automotores tirados en la calle, aquellos sitios en donde pudieran estar seguros, tan solo ocupan a lo máximo el cincuenta por ciento.
Otro ejemplo se constituye en los alrededores del Hospital Universitario Erasmo Meoz, sector en donde funcionan varias IPS que concentran procedimientos médicos y alta atención al usuario. Allí no hay oferta de parqueaderos y de ahí que las vías son ocupadas por personas que no les queda opción diferente a dejar abandonado el patrimonio.
Podría llenar la columna de ejemplos, pero a mi modo de ver, es asunto de la inexistente cultura ciudadana y a la certeza que tiene el conductor que así deje el vehículo abandonado, no sucederá nada diferente al robo de espejos, plumillas, etc.,
De lo anterior se puede concluir, que los ciudadanos saben que muy eventualmente la parte operativa de tránsito hace cumplir la norma, sancionando e inmovilizando los vehículos abandonados, de tal manera que de una u otra forma los infractores entren en cintura. Lo anterior, en concordancia con los artículos 127 y 128 de la Ley 769 de 2002 que establece: “Cuando el vehículo es abandonado en áreas destinadas al espacio público, esto es, cuando se ausente el propietario o responsable del vehículo y lo deja estacionado en el espacio público, circunstancia que dará para la inmovilización del mismo”.
