En 1980 una invasión empezó a forjarse en la Comuna 8 de la ciudad, en lo que hoy se conoce como el asentamiento humano El Progreso, un sector con gente trabajadora y llena de sueños que espera que algún día mejoren las condiciones de vida para todos sus habitantes.
Carlos Archila, el nuevo presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC), contó cómo se empezó a crear esta zona que tiene muchas necesidades.
“En 1980, coordinada por el señor José Ochoa, la comunidad se reunió en el primer camino que se abrió en la calle 68. Allí, se reunieron un promedio de 32 personas y con el apoyo de la señora presidenta de la JAC de ese entonces, buscaron el apoyo de muchas familias para que el asentamiento cogiera fuerza”, precisó.
Lo que necesitaban era que llegaran muchas personas a comprar los lotes que entregaba un perito de la Alcaldía, a quien le pagaban $500, con la condición de iniciar la construcción de sus viviendas en 90 días, de lo contrario, perderían el pedazo de tierra. Estos lotes medían 10 metros de ancho por 25 de fondo.
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Así, poco a poco empezaron a llegar las personas a El Progreso, donde había dos chircales en los que se construían los ladrillos de la época. Estos estaban ubicados en la parte baja del barrio, uno por la calle 70 y el otro, entre la 68 y 69.
“Los ladrillos en esa época los sacaban al hombro, no había carreteras ni calles, solo caminos angostos y hacían la carga en la carretera hacia los pueblos de occidente”, contó Archila.
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El colegio, que hoy en día cuenta con aulas hasta el grado noveno, empezó con solo dos salones construidos por uniformados del Ejército y la comunidad, y se levantó en los lotes donados por el señor Adonánimo Palencia.
“Después de hacer los dos salones, construyeron el tercero junto con estudiantes del SENA, eso fue una labor muy bonita para destacar. A don José Ochoa le tocó muy duro en esa época, para poder traer el agua se hizo un punto desde el barrio Antonia Santos, les costó mucho, fueron trabajos de día y de noche, pero se logró”, agregó el líder comunal.
Los tubos para completar el servicio de agua fueron donados, la misma comunidad los instaló, con el alumbrado tampoco la tuvieron fácil, pero Ochoa y la comunidad nunca se rindieron. Un diputado gestionó y finalmente, se hizo la luz en El Progreso.
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Pese a que desde 1982 el asentamiento tiene Personería Jurídica, aún no está legalizado, por lo que piden que desde la administración municipal se adelante ese proceso para mejorar las necesidades que tienen.
Julián Soto, anterior presidente de la JAC, expresó que la legalización del sector ha sido lo más importante para todos sus representantes.
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“Aquí se viene peleando una lucha jurídica porque estos son terrenos privados, hasta el momento no se sabe quiénes son los dueños, hay una entidad en la que dicen ser los dueños y nos quieren donar para que la alcaldía tome acción sobre eso”, indicó Soto.
Añadió que esperan que el alcalde atienda el llamado y poder solucionar pronto el tema.
Sobre la legalización, Marcela Rodríguez, directora del Departamento Administrativo de Planeación Municipal (DAPM), informó que respecto al caso de El Progreso, “hasta el momento no se encuentra en su base de datos reporte de oficio formal por parte de la comunidad; sin embargo, la administración municipal está presta a atender el requerimiento de la ciudadanía a partir del momento en que esta lo solicite y a dar celeridad a las diligencias pertinentes para el mismo”.
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Este proceso se puede iniciar mediante una solicitud por escrito al DAPM, tal y como lo establece la Ley 2044 de 2020, el decreto 149 de 2020 y el decreto 1077 de 2015.
Las problemáticas
Principalmente, las vías están en mal estado. Del 100% de las calles de todo el barrio, el 40% están pavimentadas y el 60% restante están sin capa asfáltica. De esas vías pavimentadas, más de la mitad presentan gran deterioro.
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Una de las solicitudes, además de atender esta problemática, es que la vía que conduce al Mirador Turístico del Cerro Jesús Nazareno también necesita atención, porque un tramo está sin pavimentar.
Asimismo, aunque hay dos canchas, ninguna se encuentra en condiciones aptas para que las niñas y niños puedan practicar deportes de manera segura.
“Tenemos muchas necesidades, requerimos atención a abuelos, en algunas partes falta alcantarillado, tenemos vías por partes, alumbrado que falta en sectores, por eso pedimos a esas entidades que hagan presencia, que nos apoyen y nos ayuden para atender nuestras solicitudes, incluso tenemos cuatro pilas públicas que no han arreglado para que las personas tengan sus contadores individuales”, acotó el actual presidente de la JAC.
Son más de mil viviendas las que hay en El Progreso y que esperan que pronto puedan recibir las inversiones.
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