En los últimos días, algunos comerciantes de la Central de Transportes de Cúcuta volvieron a manifestar su inconformidad por el manejo que, en medio de la pandemia la gerencia le ha dado al lugar, pues aseguran que las medidas son muy restrictivas y a raíz de esto las ventas han disminuido.

“Anteriormente la terminal permanecía abierta las 24 horas y ahora no, faltando un cuarto para las siete de la noche le dicen a uno que debe cerrar los locales y eso nunca se hacía. Además, no tienen todas las entradas abiertas y entonces el flujo de personas no es el mismo”, dijo uno de los comerciantes que pidió la reserva de su identidad.

Señalan que en medio de la crisis sanitaria tuvieron que pagar todos los recibos de servicios públicos y el arriendo de los locales sin recibir ningún descuento, aun cuando estos se mantenían cerrados, por lo que le solicitan a la gerencia que tenga en cuenta la reactivación económica y vuelva a habilitar el servicio las 24 horas.

Ante esta situación, La Opinión recorrió las instalaciones de la terminal y dialogó con el gerente, José Villota, quien explicó que todos los cambios que se han hecho no han sido solo para prevenir la propagación de la COVID-19, sino también para brindar mayor seguridad.

Villota manifestó que ya establecieron diálogos, y de “acuerdo con la solicitud de los transportadores vamos a abrir la terminal de 4 de la mañana a 9 de la noche”.

Asimismo, mencionó que no es posible mantener abierto el lugar durante todo el día y toda la noche, pues esto aún no es rentable y de esto son conscientes las empresas transportadoras. 

“Ellos (comerciantes) querían que por el patio operativo abriéramos paso a todo el mundo, pero hay normas y por ahí solo entra el conductor y el pasajero que tiene el tiquete. Antes la gente entraba a robar y hoy en día tenemos una terminal biosegura y vamos a seguir conservándonos así”, agregó Villota. 

El gerente manifestó que es imposible abrir todas las entradas, pues no se podría tener control de eso. 

Recordó que en tiempos anteriores la terminal era guarida de consumidores de drogas, ladrones, mujeres dedicadas a la prostitución y un sinfín de situaciones que solo generaban una percepción de inseguridad.

Por ahora, la Central se rige por las medidas que determinen los ministerios de Transporte y Salud, destacando que su intención no es perjudicar a nadie, sino al contrario, brindar bioseguridad a todos los ciudadanos. 

"Si a los transportadores les va bien, a los comerciantes también", expresó Villota. 

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