El director general de Corponor, Gregorio Angarita Lamk instó a autoridades y a los cucuteños a tener sentido de pertenencia con la ciudad, para que se deje atrás esa vieja y reprochable costumbre “de importarnos un toche lo que suceda con ella”.
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En una exposición que no duró más de una hora, en el reciente foro sobre Ordenamiento Territorial convocado por la alcaldía de Cúcuta, el funcionario cuestionó fuertemente algunas omisiones de las autoridades en materia ambiental que han atentado contra el medio ambiente, en especial con las fuentes hídricas.
Y es que para hablar de Ordenamiento y Crecimiento Sostenible y proyectar a nuestra amada Cúcuta con una visión de largo plazo, debemos empezar por preguntarnos qué estamos aportando cada uno como ciudadanos; más allá del cargo que tengamos, pues gestar un desarrollo equilibrado implica entender que todos hacemos parte de una gran casa y que en equipo debemos trabajar por mantenerla no solo activa sino ordenada, precisó Angarrita.
Indicó que el cambio climático es una realidad con la que no podemos seguir cayendo en ‘el me importa un toche’, pues no solo es un deber de los funcionarios públicos, sino de todos adoptar estilos de vida que sean más amigables con el planeta.
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Dijo que Corponor construyó un Plan Integral de Adaptación al Cambio Climático, en alianza con la Universidad Francisco de Paula Santander, “pero necesitamos del apoyo de toda la ciudadanía para que su impacto sea certero”.
Llamó la atención por la informalidad que existe en el plano urbanístico, con tantas invasiones. “La gente está llegando a vivir allá, porque no tienen techo, pero hace falta desde las entidades territoriales el impulso de una política pública para poner fin a este fenómeno”, dijo Angarita.
Asimismo habló de las emisiones atmosféricas de las industrias, que están haciendo lo propio porque tienen licencias y usos de suelos, pero se está dejando de lado el crecimiento poblacional desmedido, de la gente que vive a sus alrededores, lo cual no tiene coherencia con el compromiso de aportar al medio ambiente, dijo Angarita.
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En el tema urbanístico llamó la atención de los constructores locales en el sentido de que el componente ambiental en algunos modelos ha sido deficiente.
“Son muy pocos los constructores que llevan a cabo proyectos bajo un modelo diferencial, que contemple áreas abiertas al público, que las áreas de cesión sean tenidas en cuenta para el uso de la comunidad y no para arrojar basura”.
Exhortó a los cucuteños a que el componente ambiental para una ciudad con proyección 2050 es ponernos de acuerdo entre todos en función de la ciudad, con coherencia de lo público con lo privado.
Trajo a colación lo que pasa con el río Pamplonita, que nace en la alta montaña del municipio de Pamplona, y a medida que desciende en la cuenca se contamina, “las culpas siempre son de Corponor, pero, hay que entender que en Colombia hay un Sistema Nacional Ambiental y que los municipios también tienen injerencia en el equilibrio del afluente, pero también los ciudadanos, que pareciera que ven al río como sinónimo de basurero, tiran desechos y escombros, todo, bajo la lógica del me importa un toche”.
En este orden invitó a las empresas privadas y públicas a trabajar en equipo por el río y con visión de ciudad integral, como una política pública.
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Dijo que el Pamplonita es absolutamente contaminado, más que el río Zulia, pero con la diferencia de que está en el centro de la urbe del área metropolitana, donde hay siete vertimientos de aguas residuales declarados y en el Zulia hay 27 identificados.
Si nosotros seguimos creciendo de manera desmedida, sin tener en cuenta el componente ambiental urbanístico, el río Pamplonita va a seguir contaminado. Nosotros no somos la entidad que se quiere oponer al desarrollo de la ciudad, estamos abiertos al diálogo a que la normatividad urbanística no quede solo en el papel, en letra muerta, dijo Angarita.
Corponor, en alianza con el Ministerio de Ambiente, ha trabajado para cambiarle la cara al río Pamplonita a su paso por la zona urbana, construyendo más de 4.000 metros de enrocados con piedra caliza, para evitar la socavación en época de lluvias.
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Estos enrocados- dijo Angarita- como se trata de trabajar en equipo, son producto de las recomendaciones del estudio que en 2014 se hizo con la Universidad Francisco de Paula Santander, referente a la Ronda Hídrica. Los expertos y académicos, junto con nuestro equipo técnico, determinaron sitios estratégicos donde debían ejecutarse estas obras para minimizar riesgos.
El director general de Corponor aprovechó para invitar a los cucuteños a que ‘todas esas tochadas’ que nos pasan a diario, no solo nos importen, sino que propongamos soluciones, no podemos esperar a que las instituciones públicas solucionen todo, pues para que Cúcuta sea sostenible, sus habitantes deben dejar de ser actores pasivos y convertirse en ciudadanos empoderados de sus propias causas.
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