El 7 d abril, Carlos Ernesto Chávez, de 72 años, dio a conocer a través de La Opinión la difícil situación de su salud y la falta de recursos para tratarse la fibrosis pulmonar que sufre desde hace dos años.
Desesperado, este boliviano radicado en El Vigía, estado Mérida, en Venezuela, cruzó una trocha junto con su esposa para buscar ayudar, pues temía morir ante la posibilidad de recibir el tratamiento adecuado para su enfermedad, debido a la crisis política, económica y social que vive la nación vecina.
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“No me dejen morir”, suplicó el abuelo en esa oportunidad, quien está asentado desde hace dos meses con su pareja, quien es colombiana, en la casa de unos amigos, en el barrio Comuneros. El clamor de Chávez fue escuchado y la Clínica Medical Duarte se abocó a revisar su caso.
“Don Carlos recibió atención médica especializada, tras dar a conocer su delicado estado de salud. La valoración médica especializada, realizada por el doctor David Rincón, neumólogo intensivista, indica que Chávez tiene un delicado pronostico de salud que afecta a sus pulmones, lo que hace que se agite con pequeños y medianos esfuerzos”, señaló la institución médica.
Señaló Chávez que, tras la valoración inicial por neumología, se le realizaron exámenes de laboratorio e imágenes diagnósticas para determinar la condición clínica actual del usuario.
Posterior a dichos estudios, Chávez recibió una segunda valoración con el especialista, quien determinó que padece de un trastorno respiratorio mixto: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y Enfermedad Intersticial Difusa del Pulmón (EPID), en fase de fibrosis pulmonar.
Tratamiento
En la consulta le fue ordenado Anoro Ellipta, medicamento farmacológico para desarrollar el tratamiento en un período de seis meses, el cual fue obsequiado por el mismo galeno. Además, le recordó las medidas de bioseguridad que debe cumplir de manera estricta por su condición clínica y la pandemia de COVID-19.
“Cabe destacar que durante su estancia en la IPS, don Carlos y su esposa, Nohemí Ibarra, de 75 años, recibieron acompañamiento permanente de profesionales en Psicología y Trabajo Social, del Servicio de Información y Atención al Usuario (SIAU)”, detalló la Medical Duarte.
La familia Chávez Ibarra también recibió dos mercados, compuestos por productos no perecederos, para que puedan abastecerse durante su estadía en la ciudad.