Las familias del barrio Doña Nidia, en la Comuna 8 de Cúcuta, no conciliaron el sueño este domingo. Cualquier sonido les hacía temer que el proceso de remoción de masa que se llevó unos cuatros metros de calle durante la mañana, continuara avanzando y desplomara como naipes las viviendas desalojadas.
Las imágenes que circularon por redes sociales, el fin semana, y dónde se veía la tragedia del deslizamiento, eran impresionantes. Poco antes de las 9.00 de la mañana, se comenzó a deslizar el terreno en la calle 10 con avenida 7 y suelo de concreto se fue cayendo de pedazos.
Aunque en la parte alta ninguna casa colapsó por completo, varias de ellas quedaron prácticamente en el aire. Los habitantes de al menos seis de estos inmuebles, tuvieron que salirse porque el riesgo cada vez es más grande.
De acuerdo con el informe de la Secretaría de Gestión del Riesgo de Desastres Municipal, hay 18 familias afectadas. Sin embargo, la cuenta de la comunidad es son un total de 27.
Una de las casas que quedó suspendida en la pendiente era de Víctor Julio Rodríguez. El hombre tuvo que salir de prisa cuando un ruido del terreno les advertía que podía ocurrir una desgracia.
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Estaba con su esposa y tres hijos de ella, dos de estos con discapacidad. A todos logró sacarlos y no había pasado media hora cuando una parte de la casa fue a parar al barranco.
“Apenas alcanzamos a sacar algunas cosas, pero la mitad de la casa se cayó. La cocina, una pieza, la cama, todo eso lo perdimos. Nos tocó pedir posada en la casa de un vecino porque no tenemos para donde ir”, relató.
Yorman Joel Santana, es dueño de otra de las casas evacuadas. Contó que en tan solo una hora se fueron abajo casi cuatro metros de la calle esa mañana.
En su vivienda se abrieron grietas en las paredes y no tuvo más remedio que salirse con su esposa, su madre de 61 años y tres niños.
Santana tiene documentos de propiedad del inmueble, paga servicio e impuestos. Hace poco compró la vivienda, pero no conocía de la inestabilidad del terreno.
El comerciante montó un pequeño taller de calzado donde trabajan 8 obreros. Ayer tuvo que pedirles que no fueran a trabajar porque nadie puede permanecer adentro.
La madre de Noemy Villegas, otra vecina de Doña Nidia, tiene 47 años viviendo en la calle 10. Estaba en esa dirección brindando apoyo a su familia y aunque la casa no está tan próxima al precipicio, decidieron pasar la noche afuera para evitar riesgos.
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“Hicimos un grupo de whatsApp con los vecinos de la cuadra y pusimos unos bombillos ahí en la calle porque nos cortaron la luz, para poder ver si eso se seguía desplomando. Hoy (lunes) como a la 1:00 de la mañana se sentía que caían piedras, se sigue desbarrancando”, narró.
En la parte alta, fueron evacuadas seis casas. Los bomberos acordonaron la zona para establecer un límite de seguridad y la recomendación era que nadie se acercara.
Se niegan a salir
El drama que envuelve a las familias que residen en la parte baja es mayor porque el terreno amenaza con venírseles encima.
Algunos admiten haber hecho ocupaciones ilegales del terreno, pero también se cuentan casos de personas que tuvieron que pagar por terrenos que de los que no tienen ni un solo documento.
Aunque ayer estaban temerosos de lo que pudiera ocurrir de un momento a otro, se niegan a salir de sus viviendas.
Tal es el caso de Carmen Forero, habitante de una casa ubicada en el asentamiento denominado ‘La Bendición de Dios’.
Contó que en la noche del sábado hubo un fuerte aguacero pero no duró mucho tiempo. Ya en la mañana, a eso de las 6:30 a. m. comenzó a ceder el terreno que por poco se les viene encima.
“Fue algo dramático. Los árboles se escuchaban cuando quedaban patas para arriba, las escaleras cuando se derrumbaban. Yo estaba sola con mis niñas de 14, 12, 11 y la de 9 años. Me salí pero se me cayó la mitad del rancho con la cocina, los tendidos, enseres”, dijo.
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Forero expresó que es cucuteña, pero no tiene familia en la ciudad. Aunque en medio del deslizamiento se salió a pasar la noche en la calle, al amanecer, regresó porque dice que no tiene a dónde ir.
Contó que los funcionarios de Gestión del Riesgo Municipal y de la empresa de acueducto, los están culpando de lo ocurrido, por haber colocado tomas de agua en la tubería madre.
“Nosotros somos conscientes de eso que como dicen, estábamos robando el agua, pero es que sin agua quién puede vivir, sin luz uno se las arregla, pero sin agua no”, declaró.
Andelson Suescún, otro habitante de la parte baja, contó que su esposa es diabética, necesita recibir dosis de insulina que deben permanecer fría en la nevera, pero desde el domingo están sin energía eléctrica, porque se registró una falla en el servicio.
Muchas de las casas en ese punto son improvisadas en madera y zinc. Otras pocas tienen paredes con bloques y cemento. Durante los intensos aguaceros, las construcciones se inundan y con la remoción de masa, aumentaron los riesgos.
Desde hace tres días
Jhan González, vicepresidente de Asociación de Juntas de Acción Comunal (Asojuntas), dijo que lo que ocurrió en Doña Nidia se advirtió desde el jueves 27 de octubre, cuando tres casas en la parte baja colapsaron.
“Ese día reportamos a la Secretaría de Gestión del Riesgo Municipal y nos dijeron que solo tienen una camioneta, que había un solo funcionario trabajando y no aparecieron”, declaró.
El domingo, cuando volvió al sector para colaborar en una olla comunitaria, se dio cuenta que había un deslizamiento progresivo.
Según González, de manera preventiva se evacuaron 23 viviendas este domingo, pero ayer la cifra era mayor, sobre todo en la parte baja que conocen como ‘Los Tanques’.
“Ahí aún hay familias que no quieren salir de esas viviendas porque no tienen donde quedarse e inevitablemente tienen que quedarse ahí, porque dónde van a dormir, en la calle”, se preguntó.
Marisela Carrillo, presidenta de la Junta de Acción Comunal, declaró que en la parte alta ocho viviendas tuvieron que ser evacuadas por completo porque con una mínima lluvia “se van”, dijo.
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Contó que al lugar han ido muchos espectadores, pero no ha llegado ningún tipo de ayuda. La Secretaría para la Gestión del Riesgo hizo un censo y ayer acudieron para elaborar una caracterización que para ella “no lo es todo”.
Demandó ayuda humanitaria inmediata porque hay muchos niños y ancianos que necesitan asistencia psicológica, en medio de la crisis que viven al haber perdido sus casas.
Conexiones fraudulentas
A través de un comunicado de prensa, la Secretaría para la Gestión del Riesgo Municipal, informó que las primeras investigaciones en terreno apuntan a que la emergencia podría haber sido causada por las conexiones de agua fraudulentas.
Además, indicaron que hay “un manejo inadecuado de aguas residuales domésticas por las familias asentadas sobre la ladera”.
Huber Plaza Villamizar, secretario de Gestión del Riesgo, expresó que con el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cúcuta, hicieron las labores de evacuación de las viviendas afectadas, en aras de salvaguardar la vida de los habitantes del sector.
Sostienen que hasta el momento eran 18 familias afectadas y que en la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN), se han caracterizado en total 13 familias (52 personas).
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