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Cúcuta
Llegó la hora de frenar el consumo de drogas en los colegios
El reto que se ha impuesto la Policía es cortar el vínculo de las bandas con los estudiantes, para frenar el daño que les hacen.
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Orlando Carvajal - Periodista La Opinión
Orlando Carvajal
Sábado, 23 de Abril de 2016

Un sobrecito de plástico del tamaño de una caja de fósforos, en cuyo interior había un polvo blanco, cristalino, sin olor y con sabor amargo, que Josefina Araque encontró en el morral del colegio de su hijo de ocho años, la dejó helada de pies a cabeza.

De la misteriosa sustancia no supo dar ninguna explicación el pequeño, solo que se la habían regalado en la escuela.

Sorprendida, la mujer acudió con el sobre hasta el plantel donde su hijo cursa segundo de primaria y luego de cotejar con los profesores y la policía el contenido volvió a quedar atónita al conocer de qué se trataba: metanfetamina, una de las nuevas drogas con que las bandas que se esconden detrás del microtráfico están incursionando en los colegios de Cúcuta y el área metropolitana.

El comandante de la compañía antinarcóticos de la Región 5 de la Policía, teniente coronel Jhon Robert Chavarro Romero, tampoco sale de su asombro por lo que se está distribuyendo en los planteles educativos, sobre todo con inocentes niños que apenas están empezando a vivir.

Es una realidad que se está dando y que hace parte de una red de jíbaros que surten el consumo interno en las ciudades y que al igual que en otras capitales, aquí también está haciendo daño, admite el oficial.

Además de la metanfetamina, los investigadores de antinarcóticos tienen conocimiento por boca de los papás, docentes y de los mismos estudiantes, que los jíbaros también están distribuyendo en los colegios heroína, basuco y marihuana.

Los integrantes de estas bandas eligen los planteles y tras ganarse la confianza de sus futuros consumidores, les dan regalos o muestras gratis. “Pruébela y después me cuenta”, les dicen.

“Al comienzo se dan el lujo de regalar las sustancias, porque saben que ahí están atrapando a sus potenciales consumidores”, dice Chavarro.

El oficial aclara que no es que todos los colegios tengan una ‘olla’ al pie, pero sí son visitados de manera frecuente por expendedores.

Al dar una explicación de la forma como opera el jíbaro en los planteles, Chavarro señala que actúa a sangre fría, a mansalva. “Si él quiere que un niño de siete u ocho años consuma, le regala la droga, lo empieza a moldear como su futuro consumidor”.

Consumo se extiende

Luego, a los 10 años, lo convierten en el distribuidor dentro del colegio y a los 14 ya le dan funciones de cobro de las sustancias que distribuye.

Estas bandas –dice el oficial- trabajan con niños porque a través de ellos eluden la justicia.

Chavarro admite que el consumo interno está tomando fuerza y una manera de hacer frente a la problemática es con trabajo en las bases, con los mismos niños que pueden caer en las redes del microtráfico, de ahí que está en marcha un programa de prevención al más alto nivel. (Ver recuadro).

Así como ocurre en Cúcuta, también se está dando en Pamplona, Ocaña, Sardinata, Tibú y Chinácota, entre otros municipios a los que llegan los tentáculos del microtráfico.

Investigadores antinarcóticos señalan que hay una debilidad que es aprovechada por los jíbaros y es que los vecinos de los alrededores de los colegios no denuncian, se quedan callados, “y eso no puede seguir pasando, porque son niños inocentes, como el hijo de Josefina, los que están en medio del problema”.

Chavarro sostiene que la lucha contra las bandas no es solo de la Policía, en ella juegan un papel muy importante los papás, que deben tener un estricto control sobre sus hijos, los maestros, ayudando con pedagogía, y los mismos estudiantes.

A la par del negocio de las drogas, otro fenómeno no menos grave está tomando fuerza entre los estudiantes: la ingesta de licor.

Esto también es como una droga, porque está apartando a los jóvenes de sus entornos escolares, de sus familias, y por ello también hay que salirle al paso para frenarlo.

“Es importante cortar el círculo entre las bandas de jíbaros y los expendios de licor, para que los niños busquen una mejor alternativa a las drogas, algo sano para su mente y tiempo libre”, precisa Chavarro.

Dentro de las actividades de prevención se brinda mucho esparcimientoy deporte a los jóvenes. 

El caso Pamplona

El programa de promoción y prevención contra las drogas de la Policía Antinarcóticos tiene identificado, al igual que Cúcuta, una problemática grave en Pamplona, no solo con el consumo de drogas, sino de licor.

El hecho de ser una ciudadela universitaria, con más de diez mil estudiantes, incluidos los de primaria y secundaria, la hace apetecida para las bandas del microtráfico, dice Chavarro.

Allá -expresa- ha aumentado la ingesta de licor, que hace igual daño que las sustancias sicoactivas, y por ello llegó la hora de actuar contra el daño que se les está haciendo a los jóvenes.

Pamplona será un modelo para mostrar al país sobre la prevención del consumo de drogas, finalizó.

Capacitar, la clave

Más de 3 mil 500 estudiantes de primaria y secundaria se unieron a la campaña de prevención contra las drogas. La iniciativa, liderada por la Compañía Antinarcóticos de la Región 5 de la Policía, y acompañada por la Gobernación de Norte de Santander, va dirigida a contener el consumo entre los escolares y neutralizar el microtráfico.

El teniente coronel Jhon Robert Chavarro, comandante de la unidad, explicó que los estudiantes recibieron durante seis meses capacitación sobre el tema de las drogas y la mejor forma de estar apartados de ella. “El reto no solo es de la Policía ni de los estudiantes, también deben estar vinculados los papás y los docentes”, dijo el oficial.

El objetivo de esta iniciativa, dijo Yebrail Haddad, secretario de Gobierno del departamento, es reducir el consumo y blindar a los niños del flagelo de las drogas.  La información en este aspecto es clave y por ello Chavarro invitó a la ciudadanía a denunciar a los expendedores. La campaña será llevada a Pamplona, donde se aspira a vincular a unos 10 mil estudiantes.

Chavarro invitó a la empresa privada a aportar su apoyo a esta noble causa en favor de los niños nortesantandereanos. A los jóvenes hay que ofrecerles condiciones óptimas para que empleen el tiempo libre en actividades sanas, dijo el oficial.

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