El 31 de octubre de 2016 es una fecha que los habitantes de los barrios Magdalena y Santander, de la comuna 10 de Cúcuta, nunca olvidan pues desde ese día su problemática empeoró y han tenido que seguir viviendo en medio de habitantes de calle, consumidores y expendedores de droga.
Ese día, en la calle 20 con avenida 22, los vecinos presenciaron el momento cuando varias viviendas que estaban abandonadas fueron derrumbadas, pues eran zonas de miedo que atemorizaban a toda la comunidad.
El objetivo era cambiarle la imagen al lugar y que se convirtiera en un sector seguro, pero la alegría duró muy poco, pues hoy, casi 5 años después, los lotes se convirtieron en una “olla a cielo abierto”, es decir, una casa y guarida de ladrones, consumidores y expendedores de estupefacientes. A su vez, el lugar se volvió un depósito de basuras.
Jefferson Castellanos, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio Santander, detalló que estos espacios no se han podido intervenir porque son predios privados.
El líder indicó que esta en una gran problemática a la que hay que buscarle una solución real, puesto que, aunque la administración del alcalde Jairo Yáñez, a través de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el Departamento Administrativo de Bienestar Social y la Policía Nacional han estado pendientes de la situación, aún falta mucho por hacer.
“Han estado muy pendientes, pero si por ejemplo hoy se hace limpieza, el monte crece. Han llevado a algunos habitantes de calle para que se rehabiliten, pero ellos no pueden obligarlos a todos, y si se llevan a tres, llegan seis más”, dijo Castellanos.
Asimismo, comentó que, si bien es cierto la Policía Nacional está constantemente patrullando el sector, un solo cuadrante no es suficiente vigilar un barrio como Santander donde habitan más de 8 mil personas, considera que eso “es imposible”.
“Ya se han hecho reuniones y se ha solicitado mayor pie de fuerza, porque ante la falta de autoridad por parte de la Policía, el habitante de calle queda como un rey para hacer lo que quiera. Lo que manifiesta la comunidad es que ellos se adueñan de las cosas y las venden en las chatarrerías y eso se vuelve un círculo vicioso, todos esos son factores que suman”, agregó Castellanos.
José Vergel, presidente de la JAC del barrio Magdalena, recalcó que ya han hecho la solicitud para la instalación de un CAI (Comando de Atención Inmediata) móvil, a fin de ubicarlo en una zona estratégica para blindar a toda la comunidad de la inseguridad.
Para Vergel, los índices de inseguridad han disminuido, ya que las autoridades han estado constantemente patrullando la comuna 10, pero considera que falta más atención para la calle 20 con avenida 22.