Juan de Dios Castañeda, de 65 años y padre de cuatro hijos, lo piensa tres veces antes de salir de compras a pie al pequeño mercado que funciona en la esquina de la calle 15 con avenida sexta.
Él vive en el barrio El Páramo, a unas cinco cuadras del mercado, las mismas que debe caminar por la calle y no por los andenes ya que la movilidad por ellos es imposible.
“Es como una carrera ecuestre”, dice, algo que a su edad no está en capacidad de cumplir y por ello lo piensa dos y hasta tres veces cuando debe ir de compras al mercado, pues le toca hacerlo por la calle, expuesto a ser atropellado por un carro o una moto.
Algunas de las veces que se ha atrevido a moverse por los andenes, cae a cama por dos días, debido al esfuerzo de subir escalones de casi un metro de altura y por esquivar sillas, mesas, materas, carros y motos que los vecinos acomodan sobre ellos.
Es una misión casi que imposible y además peligrosa la que cumplen los peatones cucuteños en una ciudad hecha para todos menos para ellos, y en la que en los dos últimos años han muerto cerca de 60 peatones y han resultado heridos más de 500, embestidos por carros y motos en las vías.
Según la Policía de Tránsito del municipio, los peatones son la segunda población que más pone muertos y lesionados a la estadística de mortalidad, por debajo de los motociclistas que son los reyes de la accidentalidad en las calles.
Y quien lo creyera –se alarma Benjamín Soto- veedor ciudadano ambiental, el que sean los peatones los segundos que más mueren en las vías, si ellos no van sobre ruedas.
El asombro de este ciudadano es apenas entendible, dice Leonor Sánchez, miembro de una academia de enseñanza automovilística, en el sentido de que ser peatón en Cúcuta es cargar con la lápida a las espaldas. “No hay garantías plenas para la movilidad segura para ellos, porque en la mayoría de las veces deben caminar por la calle porque los andenes están invadidos”, expresa.
Para los peatones, circular por la ciudad es una tarea arriesgada. Muchos conductores de vehículos en vez de frenar, aceleran el paso cuando ven un peatón. Esto incluye a discapacitados y ancianos, quienes tienen mayores problemas para movilizarse, agrega Sánchez
En otras palaras, ser peatón en Cúcuta es más peligroso que conducir un automóvil o ser pasajero de una motocicleta, sostiene el abogado especializado en derecho civil, Alejandro Mejía, quien en los últimos tres años ha demandado al estado en cinco ocasiones por casos en los que peatones quedaron lisiados y en silla de ruedas al ser embestidos por motocicletas. “Caminaban por la calle en el centro, porque los andenes estaban invadidos por ventas callejeras”, dijo el profesional del derecho.
La Policía de Tránsito dijo que los accidentes “ocurren principalmente en avenidas principales y tramos de vía; muy pocos son en las intersecciones. Eso quiere decir que, en la mayoría de los casos, hay imprudencia de los peatones porque no utilizan los puentes peatonales ni usan las cebras para cruzar las vías”.
Esto último ocurre con mayor incidencia en la avenida tercera de San Luis, la tercera de San Rafael, la Diagonal Santander, en la avenida Los Libertadores, Guaimaral y Gran Colombia.
Para Rosario Polo, de la ONG Cúcuta Verde, “las cifras pueden ser mayores porque hay casos de accidentalidad en los que los peatones han quedado heridos o con discapacidades y no son tenidos en cuenta si la persona no fallece. Aquí es preocupante que los transeúntes no se sientan seguros en los andenes, no solo porque no están hechos de forma correcta sino porque están siendo invadidos por los carros y las motos en las horas pico”.
Para el consultor en movilidad y tránsito, Carlos Fernández, que en el 2016 se hayan registrado cerca de 30 muertes de peatones es un “problema bastante grave para una ciudad que no supera el millón de habitantes. Esta es una muestra de que las calles de Cúcuta no son seguras ni brindan la infraestructura apropiada para los peatones, por lo que hay que implementar campañas de educación y medidas para reducir la velocidad en las vías y garantizar la movilidad de los que se mueven a pie”.
En el gobierno de Donamaris Ramírez, Cúcuta perdió la oportunidad de oro de contar con un manual del espacio público, mediante el cual los cucuteños tendrían garantizadas las vías adecuadas para su segura y eficiente movilidad. Sin embargo, esto no fue posible al ser negado por los concejales de turno, quienes privaron a la ciudad de avanzar hacia el desarrollo sostenido, bajo el argumento de que se trataba de un negocio con intereses particulares.
Camacol Cúcuta y Nororiente, que fue el ente que lideró con profesionales de la facultad de arquitectura de la universidad Francisco de Paula Santander el estudio y elaboración del manual del espacio público, lamentó la decisión del Concejo porque se le negó a la ciudad salir del atraso en que se encuentra en materia de nuevas reglamentaciones para devolver el espacio público a los ciudadanos. “Por ejemplo, no hay andenes para ciegos en la ciudad”, dijo el sociólogo Gonzalo Sánchez.
Hay sectores en crisis como los barrios del centro de la ciudad, avenidas como Los Libertadores, Gran Colombia, Las Américas, Panamericana, la del Río y la Guaimaral, entre otras, en las que la construcción de casas se ha ido apoderando poco a poco y de manera descarada del espacio público.
Una de las conclusiones reveladoras del estudio para elaborar el manual presentado por Camacol Cúcuta y Nororiente es que en la última década se han perdido 57 hectáreas de espacio público en Cúcuta.
5 derechos y 5 deberes
Tienen derecho a…
1. Que los conductores de vehículos hagan todo lo que sea necesario para proteger nuestra integridad, así cometamos imprudencias no intencionadas, de acuerdo al Artículo 63 del Código Nacional de Tránsito.
2. Transitar por el espacio público (andenes, zonas peatonales) libres de obstáculos.
3. A que ningún vehículo motorizado circule sobre aceras, plazas, vías peatonales, separadores, bermas, demarcaciones de canalización, zonas verdes o vías peatonalizadas.
4. Cuando un conductor llega a una zona demarcada para peatones debe bajar la velocidad, detenerse si viene alguna persona y hacer una señal de mano para darnos prioridad en la vía.
5. Cuando conductores y peatones debamos compartir la vía, por ejemplo el ingreso a un parqueadero o a un centro comercial, la prioridad es de los peatones.
Están en el deber de…
1. No ubicarse delante o detrás de un vehículo que tenga el motor encendido.
2. No cruzar la vía cuando existan puentes o pasos peatonales demarcados. Además de atropellamiento, podemos ocasionar una colisión entre vehículos.
3. No invadir la vía ni transitar por ella en patines, patinetas o similares. No remolcarnos, ni subirnos o bajarnos de vehículos cuando estén en movimiento.
4. Transitar por las aceras conservando el lado derecho.
5. Mirar en todas las direcciones antes de cruzar la vía y hacerlo solo por las esquinas o las zonas demarcadas. En estas zonas los conductores deben reducir la velocidad.