La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Cúcuta
Queremos volar alto: habla la lideresa de las lesbianas en Cúcuta
El colectivo Libélula Lgtbi+H tiene una entrega en la lucha por la reivindicación de sus derechos.
Authored by
Image
Orlando Carvajal - Periodista La Opinión
Orlando Carvajal
Sábado, 21 de Octubre de 2017

Claudia Patricia Velandia Meneses, de 44 años, es la lideresa de las lesbianas de Cúcuta. Salió del clóset hace apenas tres años cuando se lanzó al Concejo, y pese a que no alcanzó una curul sí consiguió lo que a la postre le daría las fuerzas para seguir en la lucha en pos de alcanzar su sueño: la unión de su comunidad.

Desde aquel día que mostró su otra cara, no la ha vuelto a ocultar, por el contrario, busca hacerla visible en todas las partes a las que asiste. Se considera mujer de retos.

Habla de frente, sin tapujos. Nunca se retracta de lo que dice, porque considera que siempre piensa dos y tres veces lo que sale de su boca. Es calculadora y estratégica, por eso la comunidad Lgtbi le dio su respaldo y cree en ella. 

Las lesbianas y gais que hacen parte del colectivo Libélula Lgtbi+H que fundó hace tres años, el cual reúne unos tres mil miembros, le reconocen su entrega incondicional en la lucha por la reivindicación de sus derechos. No en vano alcanzó la mayor votación en el país para tener uno de los cuatro puestos permanentes que tienen las mujeres en el Comité de Evaluación del Riesgo y Recomendación de Medidas (Cerrem), creado por el Ministerio del Interior en 2014.

Nacida en Bucaramanga, pero criada en Cúcuta, de profesión abogada, Velandia no da tregua un instante a la lucha que lanzó para dedicarse de tiempo completo a la defensa de los derechos de la comunidad homosexual de la capital nortesantandereana.

Claudia Velandia departe aquí con un grupo de asociados al colectivo Libélula Lbgti+H.

¿Por qué tardó cuarenta años para salir del clóset, qué la motivó?

Un tanto porque uno vive en medio de una sociedad machista, que lo termina absorbiendo, opacando. Pero todo tiene su final y fue entonces cuando reflexioné y me dije a mí misma que había llegado el momento de dar el salto por una causa común: defender los derechos de mi comunidad lesbiana.

¿Qué derechos son los que más se violan a las lesbianas?

Casi todos: el derecho a un empleo, a una salud sexual y reproductiva, la libre personalidad, aún hay gente que nos odia por nuestra simple orientación sexual. La misma familia nos estigmatiza, incluso hemos visto casos de discriminación y de odio terribles, en los que se piensa que por el simple saludo se contagia de nuestra orientación sexual.

¿Qué les dice a las personas que piensan así?

Que maduren. Somos conscientes de que en Cúcuta existe gente homofóbica y machista inmersa en mitos y tabúes, pero al mismo tiempo estamos convencidas de que aún falta mucho trabajo y mucho trecho por recorrer para que se supere este estancamiento mental.

¿La homofobia se siente en toda la comunidad lgtbi, o en cierta población es más intensa?

En los transgénero. Las autoridades no conciben que  el hombre que llegó a votar tenga cédula de mujer, les ponen problemas. Los ven como personas raras y es ahí que empieza el rechazo. Para trabajar es la misma cosa, la primera pregunta que les hacen es por qué visten así.

¿Como lideresa de las lesbianas y de un colectivo de gais, qué orientación traza usted para que el rechazo que se recibe en las calles de ciertas personas no tenga tanto impacto?

Nosotros tenemos claro quiénes somos y para dónde vamos. Somos conscientes también de que dentro de la comunidad lgtbi el miedo a salir del closet aún se mantiene en algunos de nuestros miembros, por el qué dirán los amigos y por el respeto a la misma familia. Por eso nuestro mensaje es a despojarnos de esas taras, a sentirnos libres y naturales como los demás ciudadanos. Nosotros nos quejamos de que nos excluyen, de que se nos violan nuestros derechos, pero al mismo tiempo nosotros mismos nos negamos, nos da miedo decir lo que somos y lo que sentimos, algo que no debe seguir pasando.

¿Pareciera que en Cúcuta las lesbianas les tuvieran miedo al matrimonio, pocas se han casado desde que se les dio esa posibilidad?

No crea, en la población homosexual de Cúcuta las lesbianas son las que más se han casado, de 14 matrimonios que se han cumplido desde 2015, 11 han sido de lesbianas. Este año llevamos 3 y el próximo 25 de noviembre se lleva a cabo el cuarto entre dos mujeres.  

¿Cómo les ha ido con los políticos?

Aunque no nos cierran las puertas aún no vemos muestras claras en ellos  de querer trabajar por nuestra reivindicación, no nos dan la participación que merecemos. El proyecto nuestro lleva tres años y ya nos conocen, ya no somos clandestinos ni incógnitos, somos más de 2.000 lesbianas que estamos trabajando para demostrar que nunca fuimos diferentes a los demás.

¿Qué piensa de la corrupción?

Es un cáncer al que hay que erradicar entre todos, esto no es solo de la fiscalía y de los órganos de control, esto nos toca a nosotros como ciudadanos aportar, denunciando, si de verdad queremos que algún día se extinga. 

¿Cúcuta no cuenta con una política pública dirigida a la comunidad Lgtbi, esto no es seguir desconociéndolos?  

Por supuesto, pero no nos hemos quedado quietos, en estos momentos trabajamos en la constitución de una política pública para nuestra comunidad. No obstante, se requiere de mucho apoyo y voluntad política para que quede plasmado un plan integral que incluya en lugar de excluir. No queremos seguir siendo convidados de piedra. También estamos ad portas de la aprobación de la mesa intersectorial Lgtbi y de una oficina encargada de esta comunidad en el gobierno municipal y departamental.

¿Las oportunidades laborales siguen siendo esquivas para su comunidad, por qué?

Aunque no lo crea, las empresas terminan discriminándonos de manera directa o subliminal, pero lo hacen, porque no se entiende cómo terminamos relegados si somos profesionales, iguales a los demás. Qué bonito sería que en las cajas de los almacenes de cadena, o en los bancos los cajeros fueran mujeres trans. Por qué no es posible esto, me pregunto. Pero no está tarde para que hagamos realidad uno de nuestros sueños, abrir las puertas de un supermercado de inclusión para demostrarles a los cucuteños, a los empresarios y al mismo gobierno cómo es que trabajamos y triunfamos las lesbianas y los gais. Les quiero decir que nuestro sueño es volar bien alto.

Temas del Día