La lectura es uno de los soportes del desarrollo cultural de todas partes. Irriga dinámica y hace posible la concurrencia de saberes. Por eso la feria del libro se ha convertido en evento de interés generalizado en los lugares donde ha abierto espacios. En Cúcuta se identifica como la Fiesta del Libro y en este 2020 llegó a su versión 16, organizada por la Biblioteca Julio Pérez Ferrero. El director de esta entidad, Julio García-Herreros, hace el balance de sus resultados.
¿Lo dejó satisfecho la Fiesta del Libro de Cúcuta en su versión 16?
Estamos muy contentos. Se desarrolló durante seis días una nutrida programación virtual a partir de la temática “Resiliencia, un paso adelante con la cultura”. Fue un reto tecnológico y humano reinventarnos desde la virtualidad. Aun así, con el apoyo de la Gobernación de Norte de Santander, la Alcaldía de Cúcuta a través de la Secretaría de Cultura y Turismo, más el Ministerio de Cultura logramos construir una programación con más de 215 eventos virtuales, entre presentaciones de libros, conversatorios, conferencias, exposiciones, charlas académicas, proyecciones audiovisuales, musicales, poesía, teatro y talleres. Los resultados son altamente satisfactorios. El alcance general ponderado de los distintos canales de acceso a la programación de la FLIC virtual 2020 es de 516.978 personas hasta el 10 de septiembre, dado que los eventos grabados están disponibles para quienes deseen verlos a través de la plataforma www.fiestadellibrocucuta.org y las páginas de Facebook @FLcucuta y @Bibliocucuta. Pero lo más im
portante es que demostramos fortaleza y resiliencia para sacar adelante este macro evento cultural.
¿Comparado con otros eventos semejantes en Colombia, cómo está el de Cúcuta?
La Fiesta del Libro cumplió su versión 16. Es la segunda más antigua de Colombia. Año tras año ha logrado consolidarse como el evento académico, cultural y literario importante de la región fronteriza, lo que le ha permitido alcanzar resultados positivos en materia de circulación del libro, de alto nivel y muy destacada dentro de la Red en Colombia. Seguiremos poniendo nuestro mayor empeño, principalmente para lograr que participen más actores regionales, como universidades en su cofinanciación y un mayor número de editoriales ampliando la oferta de libros.
¿Cómo se benefician la creación y la producción literaria de autores regionales?
Participan de diversas formas. En su desarrollo se hacen diferentes ejes temáticos donde además se dan conversaciones y diálogos para destacar y visibilizar personalidades del sector literario regional, convirtiéndose en un espacio idóneo para los actores involucrados en la cadena de circulación del libro: autores, diseñadores, ilustradores, agentes literarios, distribuidores, libreros, bibliotecarios y otros activistas conexos a esta línea. Por esto es tan importante ampliar dicho escenario año tras año.
¿En qué nivel está la lectura en Norte Santander?
Sobre la lectura en Cúcuta la Encuesta Nacional de Lectura recoge datos sobre los hábitos de lectura y escritura, sobre la asistencia a bibliotecas y sobre las actividades que desarrollan los niño menores de 5 años. Tiene representatividad para el total nacional, las cabeceras municipales, centros poblados y rural disperso y cada una de las 32 ciudades capitales. La recolección de datos se hizo durante septiembre, octubre y noviembre de 2017 y fue aplicada a 108.383 personas de 33.995 hogares. A nivel regional se puede apreciar que Cúcuta tiene un promedio de 5.4 libros leídos en el año, ubicándose en el puesto octavo, con relación a 32 ciudades de Colombia.
¿Tiene la biblioteca el desarrollo ajustado a lo que en su campo requiere la ciudad?
Por supuesto que se ha avanzado y siempre queremos más. La biblioteca necesita fortalecer su sostenibilidad para irradiarla al sistema de bibliotecas Departamental y Municipal. Hay que invertir más en infraestructura, articulación con el sector educativo y también en las zonas rurales. Existe la Estampilla Procultura, pero son recursos todavía insuficientes para el nivel de necesidades. El Departamento ha hecho esfuerzos pero son todavía limitados.
¿Es sostenible la red de bibliotecas en la región?
La Red Departamental de Bibliotecas Públicas de Norte de Santander depende del recaudo del 10 por ciento de la Estampilla Procultura, según Ley 1379 de 2010, además se encuentra en el Plan Departamental de Desarrollo en el Programa: 1.4.4 Fomento y mejoramiento de los procesos de acceso a bienes y servicios culturales, y Subprogramas: Fortalecimiento de los servicios bibliotecarios ofrecidos a través de la Red Departamental de Bibliotecas.
¿Piensa en nuevos proyectos correspondientes a la biblioteca?
Muchos. Uno de ellos es el portal https://minorteapp.org/ y la app mi norte que es un sistema de información alrededor de la visibilización de las víctimas del conflicto interno, la memoria histórica y las organizaciones sociales que trabajan en su beneficio. También ampliar el sistema de biblio-rueda para llegar con más frecuencia y más vehículos a las zonas rurales más remotas de Norte de Santander.
¿Cuál es su percepción del movimiento cultural de la ciudad?
Ha crecido mucho la institucionalidad cultural y los creadores se han multiplicado y hay muchas iniciativas valiosas. Sin embargo, cada vez el presupuesto del sector cultural en su conjunto, ha venido disminuyendo cada año.
¿Regional y nacionalmente cómo se integran a las otras bibliotecas y a los establecimientos culturales y de enseñanza de los distintos niveles?
A nivel Nacional: es una biblioteca pública departamental, por ende es la responsable del patrimonio bibliográfico, hemerográfico, documental, fotográfico y audiovisual regional, es la encargada de la recopilación, organización, conservación, preservación y difusión del patrimonio regional, en cualquier soporte.
En lo regional, su función más importante es ser el ente coordinador de la Red Departamental de Bibliotecas con 54 bibliotecas públicas adscritas a las Red, de las cuales 47 en casco urbano, 8 en zonas rurales, 1 departamental, 14 Bibliotecas estacionarias con programas de extensión de las bibliotecas públicas en espacios no convencionales y 18 programas de Biblioteca Rural Itinerante, con comunidades rurales. Y en lo local, la biblioteca, se integra con las instituciones educativas, centros de desarrollo infantil, hogares infantiles, asociaciones, organizaciones y ongs, a través de la oferta de programas de extensión bibliotecaria. Así como también, se dictan talleres de formación a los diferentes grupos etarios, formación a formadores, promotores de lectura, bibliotecarios, grupos juveniles, docentes y acompañamiento en la organización de las bibliotecas escolares.