Para Jazmín Adriana Cangrejo, protagonista de "Pavesa", hay heridas que jamás llegan a sanar.
La cicatriz, en sus palabras, permite tener una memoria de lo que pasó, una señal, un signo que dice algo dolió, algo sangró, algo está sanando, de allí la importancia de reconocer la resiliencia. El problema es cuando no se ha podido generar esa cicatriz, cuando las víctimas y sus familiares quedan en un limbo, en el desconocimiento de qué pasó con sus familiares, sus cuerpos, dónde están al menos sus despojos para rezar por ellos.
Esta macabra práctica de desaparición forzada está presente en más de 85 países en el mundo con cifras aún inciertas que sobrepasan, por poner un solo ejemplo, más de 250.000 personas en Irak.
La incertidumbre y el desconsuelo es lo más doloroso, Colombia tiene un registro de más de 80.000 personas que desconocen la suerte de sus seres queridos.
En el capítulo nortesantandereano, según datos de la Unidad de Víctimas, son más de 5.100 los casos. Las razones de este acto criminal van desde la desaparición de opositores a gobiernos, estrategias comprobadas que fueron realizadas por dictaduras o en el caso de Norte de Santander a causa de la violencia paramilitar.
¿Cómo inició Pavesa?
“¿Será suficiente la imaginación para poder sortear ese dolor? La fuerza de voluntad ¿será suficiente para sanar?”
Estas preguntas que Jazmín se hizo fueron el detonante creativo de un cortometraje de danza o lo que se conocía como video danza y que por primera vez, aborda el dolor de una mujer que intuye que su ser más amado ha sido desaparecido en los hornos crematorios del sector de Juan Frío, en Villa del Rosario.
“Leí un artículo sobre este pavoroso hecho, seguí las notas de prensa y no pude dejar de pensar en esos familiares que ni siquiera podrán reclamar las cenizas de esos cuerpos, que les negaron un derecho mínimo y sustancial para construir el duelo”, mencionó Jazmín.
El cortometraje de danza es una obra sobre los duelos inacabados.
“Vivía un duelo, no comparado, pero si en algún momento inacabado, y tratando de encontrar una forma de expresar, de sacar esto que estaba sintiendo, pues me fui a la danza que ha sido mi vehículo por tantos años. Con un compañero coreógrafo coincidimos en construir una obra, que siendo bailarines durante mucho tiempo era necesario ya hacer nuestras primeras composiciones; en este sentido entonces nos pusimos a trabajar la idea, ese sentimiento para gritar con el cuerpo”, explicó Jazmín.
Fue sólo cuestión de tiempo para que la idea al evolucionar se fusionara con el cine y llegara "Pavesa".