En el trimestre abril-junio, Colombia registró una proporción de empleados informales de 55,8%, lo que significó un aumento de 0,1 puntos porcentuales (p.p.), respecto al mismo lapso de 2023 (55,8%).
Los resultados entregados recientemente por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) dejaron a Cúcuta (área metropolitana) como la tercera ciudad con más informales, el registrar 60,4%, es decir, 6 de cada 10 ocupados.
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En el último año, esta población creció en 15.000 trabajadores, pasando de 237.000 a 252.000, un aumento de 5,9%.
Por encima de la capital de Norte de Santander se encasillaron Sincelejo (68,0%) y Montería (60,06%). Las tres urbes con menos informalidad fueron Manizales (33,0%), Bogotá (33,7%) y Tunja (37,6%).
Más informales en la micro
Por tamaños de organización, la microempresa figura con más informales, con 84,7%, lo que significó una variación de 0,2 p.p. respecto a abril-junio del año pasado (84,5%). Después está la pequeña empresa, que pasó a tener una población informal de 23,7%, un incremento de 2,1 p.p.
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El indicador en las compañías medianas se mantuvo en 6,3% y en las grandes bajó 0,2 p.p., para ubicarse en 3,1%.
Estos datos explican el panorama de la informalidad laboral, pues, en Cúcuta, el 92% de las organizaciones son micro. Así, en estas empresas, 8 de cada 10 trabajadores no gozan de prestaciones ni seguridad social (ARL, salud, pensión).
La coordinadora del Observatorio Regional del Mercado Laboral (Ormet), Sharyn Nataly Hernández Fuentes, explicó a La Opinión que, “popularmente, se concibe al informal como aquel vendedor ambulante que usa el espacio público para actividades productivas”.
Sin embargo, recordó que, para el Ministerio Trabajo, este tipo de ocupación también incluye a la empresa que no paga seguridad social a sus trabajadores dependientes o no tiene una contratación debidamente establecida.
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“De 100 empresas en Cúcuta, 96 son micro o pequeñas, es decir, que tienen entre 1 y 10 trabajadores, y, posiblemente, estos empleados son familia, porque la ciudad se caracteriza por tener empresas familiares”, añadió la economista.
¿Cómo enfrentar el problema?
Sharyn Nataly Hernández afirmó que las autoridades gubernamentales, principalmente la Alcaldía de Cúcuta, deben implementar una política pública para los vendedores ambulantes.
La coordinadora del Ormet sostuvo que, para contrarrestar la informalidad laboral en las empresas, se requieren incentivos, para que los propietarios no solo noten la carga tributaria, sino los beneficios, como acceso a créditos y apoyo para la exportación e innovación.
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Para el economista e investigador Mario Zambrano, tanto la informalidad laboral como la empresarial son dos caras de la misma moneda, por lo tanto hay que tener “un conocimiento más profundo de la naturaleza de esa informalidad y cómo variables, que a veces no son analizadas dentro el contexto económico (aspectos de carácter cultural o las implicaciones de ser zona de frontera) pueden dar la razón” de esta situación.
Recalcó que se necesita un trabajo articulado entre el Gobierno local, la Cámara de Comercio de Cúcuta y la universidad, con sus centros de apoyo al emprendimiento, para atender la informalidad en el ecosistema empresarial y entender si el problema es de cultura, recursos económicos, acceso a financiamiento o de proyección de rentabilidad, entre otros factores que son determinantes, para aplicar planes pilotos a partir de diagnósticos por sectores y subsectores.
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