Cada ser humano genera un promedio de 1,2 kilogramos de basura al día. En Cúcuta se producen más de 800 toneladas diariamente, y solo el 6 por ciento de estos desechos son reciclados.
Los materiales que más se reutilizan son el vidrio, seguido del plástico, aluminio y el cartón. Pero aún falta mucho camino por recorrer en esta materia. De tres mil empresas que hay en el departamento, solo 75 están cumpliendo con la separación de los desechos.
¿Y en las comunidades, qué se está haciendo desde los hogares? La ciudad sigue en mora con el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Pgirs), a través del cual se debería aplicar el modelo de clasificación, incluso desde las unidades habitacionales.
La ciudad tendrá que empezar a ordenar los desechos en todos los niveles de producción, empezando por la basura que arrojan en la calle sin contemplación.
Sin embargo, hay un grupo de emprendedores que están apostando al medio ambiente. Ellos han conformado sus empresas en las que la materia prima es la basura, y cuentan cómo les ha funcionado.
Los desechos están siendo aprovechados para construir materia prima para parques infantiles, canchas sintéticas de fútbol, muebles, láminas de plásticos para edificar casas, pupitres, cercas perimetrales. Todo con creatividad local.
Estos emprendedores locales aseguran que aún hay una larga lista de cosas que se pueden descubrir a través del reciclaje, y que lo único que hace falta es la voluntad de hacerlo, tener ingenio y querer cuidar el planeta.
Casas construidas con plástico reciclado
La idea de Álvaro Carvajal, de RC Reciclaje, era generar un producto de calidad, sostenible y que ayudara a cuidar el medio ambiente. El plástico de desecho ahora lo convierte en casas, materos, jardines verticales, ponedores de gallina, pupitres, cercas perimetrales, postes, bancas, germinadores para cafeteros, y una larga lista.
Hace tres años se sumó a los emprendimientos verdes en Cúcuta y se comprometió con el ecosistema. Hoy recibe y compra todo tipo de plástico, excepto el PVC, lo clasifica y empieza su proceso de elaboración, combinando plásticos de alta y baja densidad dependiendo de la pieza que vaya a elaborar.
Explica Carvajal que lo pican, luego lo meten en un horno y seguidamente en una prensa refrigerada a 4° centígrados. De allí salen láminas de distinto grosor con las que se elaboran los productos.
‘Hacemos con el plástico lo que tu imaginación crea, comprometidos con el medio ambiente’. Ese es el planteamiento que hace RC Reciclajes.
“Estos tableros de plástico son piezas resistentes, que se emplean para hacer todo lo que la persona quiera”, indicó.
Elaboraron una casa modelo con este material. La vivienda pesa 16 toneladas y cuesta 15 millones de pesos.
Sin embargo, Carvajal indica que muchas veces este tipo de emprendimientos y proyectos no son apoyados como se merecen.
Pero su voluntad de cambiar la concepción de cómo miramos el planeta para protegerlo mantiene la decisión de seguir haciéndolo, con el apoyo de su familia.
Actualmente, la empresa tiene un convenio con varios colegios públicos de Cúcuta, a través del cual los estudiantes recogen el plástico en sus viviendas con campañas internas en la institución educativa y la empresa por medio de intercambio les fabrica y entrega bancas y pupitres elaborados con el mismo material que los alumnos aportan.
“Nos da mucha satisfacción saber que estamos ayudando a crear conciencia sobre la importancia de reciclar en los más pequeños. Allí está el cambio de cultura que debemos emprender todos”, precisó.
De estibas a muebles reconocidos en el país
El aprovechamiento de las estibas arrojadas a la basura lo vio Andrey Bohórquez hace cinco años. Darle una segunda utilidad a esa madera que era desechada por otros le abrió la posibilidad de formar su empresa verde: EcoGround.
Su empeño en darle un valor agregado a los residuos, disminuir el impacto ambiental en Cúcuta y bajar la cantidad de desechos que llegan al relleno sanitario eran el afán de Bohórquez, gerente general de la empresa.
“Entendimos que en el reciclaje hay una oportunidad para generar sostenibilidad, además, generamos en el consumir esa responsabilidad ambiental y social a través de nuestros productos. De allí nace el sueño de desarrollar un producto sostenible, es decir, que genere impacto ambiental, social y adicional, un valor económico”, dijo.
Hoy las estibas son muebles, dormitorios infantiles, camas, closet, sillas, y todo aquello que en madera de desecho pueda moldearse. Por cada pieza vendida por EcoGround se siembra un árbol nativo en zonas de reserva natural, donde los árboles no son talados. Esto por una alianza con una empresa llamada Acción Verde, que además cuida cada planta por tres años.
Con esta alianza la empresa cucuteña, avalada por el Ministerio de Ambiente y Corponor, quiere lograr neutralizar la huella de carbono en sus productos para disminuir el impacto ambiental de sus productos.
“A corto plazo soñamos que nuestros productos sean certificados ya con el sello de Carbono Neutro, que es un sello internacional”, precisó.
EcoGround tiene cinco empleados directos, y alrededor de 5 proveedores constantes, que también generan empleos indirectos.
Sin embargo, el impacto social lo están generando a través de proyectos como Plantando Vida, que realizan en colegios donde enseñan a los niños a sembrar sus propios alimentos.
El año pasado, también emprendieron Agua de Vida para la Guajira, a través del cual con las utilidades le llevan agua a las rancherías wayúu.
Material industrial como sustituto de la madera
Germán Alberto Galindo tiene 33 años trabajando con el plástico. Es un amante de la naturaleza. Y desde el 2002 se empeñó en sacarle provecho al plástico que en Cúcuta se desperdicia. “Diseñé un material del plástico postconsumo y las fibras naturales, que se consumen en la región, como la cascarilla de arroz, y nació el proyecto Agloplast”, dijo.
La iniciativa nació acompañada de Asoplasnor, una compañía que agrupa a 37 empresas de plástico del departamento, como parte de su responsabilidad social y de disminuir el daño que ocasiona el plástico al medio ambiente.
Explica que lograron diseñar un producto que es de resistencia superior a la madera, y es un sustituto de ella con mayor durabilidad y mejores características.
La durabilidad del material es de más de 50 años y sirve para construcciones, “no le afecta la plaga, se puede trabajar con equipos normales de la carpintería, y con ello no seguir talando bosques garantizando las fuentes hídricas”, indicó.
Este proyecto verde, aprobado por Corponor, trabaja con las asociaciones de recicladores y saca un producto terminado que les genera ganancias; así se pueden formalizar e incluir en proyectos industriales.
Galindo prefirió trabajar con el plástico debido a los altos volúmenes de consumo y por su versatilidad en múltiples aplicaciones.
Su pasión por cuidar las fuentes de agua lo llevó a decidirse por este emprendimiento, siendo uno de los pioneros en la región.
Su empeño es contrarrestar la mala disposición de los desechos y su sueño bajar las cifras de las cantidades de basura que llegan a estos espacios. Por eso prefiere trabajar con este tipo de material. “Esto me permite bajar los efectos contaminantes y por la adaptación que debemos tener a la nueva industrialización verde, que es una economía circular”, enfatizó.
El proyecto Agloplast fue merecedor del primer puesto en Ecoemprendimiento 2016 de Proempresas y Corponor. Y también primer lugar en la convocatoria Piensa Verde de Aguas Kpital.
Llantas convertidas en canchas y parques
Las llantas de los vehículos desgastadas y sin uso es la materia prima para fabricar parques infantiles, suelas de zapatos, canchas sintéticas e impermeabilizantes.
Cauchos Reciclados de Colombia empezó a utilizar todo lo que se podía aprovechar de los neumáticos.
Procesar y recuperar la materia prima es la labor de esta empresa, que rescata el 100 por ciento de las llantas, es decir, nada se desperdicia. Han desarrollado procesos limpios y eficientes para la obtención del caucho.
“Sacamos caucho, separamos del acero, y sacamos producción para diferentes industrias (…) Separamos todos los materiales y se entregan completamente limpios para la industria”, dijo Claudia Rojas, gerente general.
Rojas explicó que también manejan cauchos de colores, y toda aquella pieza que contenga este material. Detalló que separan las piezas por colores, muelen y con ese caucho granulado hacen parques infantiles.
“Hay seis parques en la ciudad que están hechos con nuestros materiales. Estos están en los colegios de Comfanorte, y fueron hechos por dos jóvenes ingenieros que están innovando en esta materia”, precisó.
La gerente general agregó que están desarrollando un trabajo que busca la sostenibilidad y lograr el equilibrio con el medio ambiente.
Entre los productos que genera la empresa están: caucho reciclado granulado para canchas sintéticas; caucho reciclado granulado de color para pisos; caucho reciclado pulverizado para mezcla asfáltica, suelas, impermeabilizantes, entre otros productos; caucho reciclado pulverizado de color para decoraciones, terminados; y piso de caucho reciclado especial para canchas sintéticas con drenaje.
Todos estos materiales permiten reciclar cantidades de caucho. “Nuestros productos son de la mejor calidad, caracterizados por estar 100 por ciento libre de impurezas”, indicó.
Este grupo busca ser una empresa reconocida a nivel nacional como líder en gestión ambiental, planes postconsumo y reutilización de residuos. Además, ser referentes de procesos limpios.