Los peajes son una forma de financiar el mantenimiento de las vías y carreteras del país y el Gobierno es el encargado de regularlos, pero generalmente son centro de polémicas por las quejas de los usuarios por los altos costos y la cercanía de algunas casetas que a veces están a menos de 100 kilómetros.
El peaje más caro de Colombia es el de Pipiral de la concesión Coviandina, en la vía que conecta a Bogotá con Villavicencio, que tiene un costo de $20.100 para vehículos de categoría I (automóviles, camperos, camionetas y microbuses con ejes de llanta sencilla).
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Para los de categoría II (buses, busetas con eje trasero de doble llanta y camiones de dos ejes) cuesta $39.600, para la tercera categoría (camiones y vehículos de pasajeros de tres y cuatro ejes) vale $27.100. Para las categorías superiores que son vehículos de más de cinco ejes, las tarifas van de $47.400 a $102.500.
Le siguen los peajes de Sajonia y Seminario del Túnel de Oriente, entre Medellín y Rionegro, que valen $19.300. El tercero está al otro extremo de la capital de Antioquia, el peaje de Aburrá del Túnel de Occidente, en la vía que comunica a Medellín con Santa Fe, cuesta $18.100, y por esta misma vía, el peaje Palmitas vale $16.200, el cuarto más caro.
Para completar el top cinco, la estación de Marahuaco de la Concesión Costera, cuesta $15.200 en la vía que conecta a Cartagena con Barranquilla.
En Colombia hay 168 casetas de peajes y el Instituto Nacional de Vías (Invias) es responsable del mantenimiento de 34 estaciones, mientras que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) es la que se encarga de estructurar y gestionar las demás concesiones viales en el país.