La hipoteca inversa es una medida que ha generado gran polémica en el país, por los efectos que puede tener en la propiedad privada y en los bienes de los adultos mayores.
Sin embargo, analistas consultados no consideran que la medida vaya tener un mayor impacto en la población, porque no sería un gran número de personas las que accedan a este producto financiero.
“Este mecanismo se ha implementado en otros países, y no son de demanda masiva, tienen el comportamiento de cualquier servicio financiero, y unas condiciones específicas que solo benefician a cierto grupo de población”, explicó Luis Carlos Reyes, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana.
Lea También: Así funciona la ‘Hipoteca Inversa’, opción de ingreso para los adultos mayores
Por su parte, Guillermo Sinisterra, economista de la Universidad Javeriana, dijo que las personas al recibir este ingreso van a poder consumir más o hasta comprar otros activos.
“Según el decreto, hay una posibilidad de pagar un único monto fijo por la hipoteca es decir que le comprarían la casa (a un valor descontado), pero no se tiene que ir de ella, es más, si tiene una habitación arrendada o un local puede seguir recibiendo ese ingreso.
En cuanto a los problemas en la implementación, “el decreto es muy amplio, por lo que debe regular un poco más algunos factores como: los impuestos, el mantenimiento y la administración de la propiedad. También creo que se debería poner un monto mínimo con respecto al avalúo, para el desembolso total. Estos costos deberían estar incluidos en la tasa de interés, y no debería pagarlos el antiguo propietario”, aseguró Sinisterra.
Por su parte, para el economista de la Universidad de Pamplona, Alexander Botello, dijo que en Cúcuta hay varios casos de adultos mayores que viven en pobreza, cuyos hijos los han abandonado y viven de la solidaridad de amigos o vecinos, por lo que la existencia de la hipoteca podría generar el incentivo en los hijos de cuidar de sus padres para conservar el inmueble.
Botello puntualizó que es legítimo que los mayores gestionen sus propiedades según sus necesidades, y que no existe el derecho a heredar.