Algunos aspectos de la reforma tributaria radicada en el Congreso de la República afectan directamente el ingreso de las más de 540.000 familias cafeteras del país, 95% de ellas pequeños productores.
Esta fue la preocupación que expresó, tras su más reciente sesión, el Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), en cabeza de su gerente General, Roberto Vélez Vallejo.
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El gremio llamó a los congresistas y al gobierno de Gustavo Petro a que se considere la realidad del campo colombiano, antes de aprobar obligaciones, que hoy no es posible cumplir, mientras no se garantice infraestructura y servicios suficientes, en todos los municipios, como vías de acceso, conectividad, servicios financieros, protección social y herramientas para cumplir de manera eficiente y racional las obligaciones fiscales.
“El café es la oportunidad que tiene el país para construir escenarios de paz, sustituyendo la ilegalidad a lo largo y ancho del país, por medio de una actividad que ha generado siempre orgullo y reconocimiento mundial a Colombia”, indicó Fedecafé.
Cafeteros pide revisar:
Eliminación del costo presunto de la mano de obra. Derogar, como se propone en la reforma tributaria, la norma que permite deducir este costo presunto impactaría los ingresos de los caficultores al elevar su tributación.
Actualmente el costo presunto, para efectos del impuesto de renta y complementarios, es de apenas 40%. Estimativos de la FNC revelan que el componente de mano de obra en la caficultura alcanza en realidad 60,7%, los insumos, 32,7%, y la administración y gastos generales, 7,1%. Eliminar esta posibilidad volvería gravables ingresos que en la práctica no lo son.
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●Impuesto a bebidas ultra procesadas. La FNC afirmó que incluir el café soluble liofilizado y el extracto de café en las posiciones arancelarias que serán gravadas al ser consideradas bebidas ultra procesadas estancaría el consumo interno de la bebida, pese a que el marco jurídico actual prioriza estimular el consumo interno del grano como bebida nacional.
Expresó que tanto el café soluble como el extracto de café son productos de un solo ingrediente, por lo que se consideran alimentos mínimamente procesados. Resultaría un mensaje contrario a la realidad el que el café esté dentro de las bebidas cuyo consumo se quiere desestimular.
Por otro lado, como parte de la misión de la FNC de velar por el bienestar de los caficultores colombianos, el Comité Directivo plantea las siguientes propuestas:
●Mirada tributaria diferenciada al sector rural. El Comité Directivo planteó que, en contraste con las ventajas competitivas de las zonas urbanas, es necesaria por parte del Gobierno Nacional una mirada tributaria diferenciada al campo colombiano que lo exima de algunas obligaciones como la facturación electrónica, tomando en cuenta no solo la baja cobertura digital en amplias zonas rurales, sino las bajas tasas de formación en el manejo de tecnologías de la información y las comunicaciones entre los productores.
●Apoyos e incentivos como ingresos no constitutivos de renta. El Comité pidió al Gobierno que, para proteger e impulsar el sector rural, considere expedir una disposición tributaria que permita que los incentivos y apoyos económicos que reciben los productores se consideren como ingresos no constitutivos de renta.
“Si bien hoy los programas tienen como propósito favorecer al sector rural mediante el desembolso de recursos, en la medida en que hoy no existe una disposición en el Estatuto Tributario que otorgue a tales beneficios el carácter de no gravado (excluyendo el caso de AIS), los beneficiarios de dichos programas han debido tributar sobre tales sumas, lo que en consecuencia reduce el margen neto recibido”.
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La FNC señaló que esta situación resulta aún más compleja si se toma en cuenta que, cuando dichos recursos son desembolsados a través del sistema financiero, también ya están sometidos al gravamen a los movimientos financieros (4x1000), lo que en consecuencia reduce aún más el beneficio neto para el agricultor.
“En la medida en que los beneficiarios de los apoyos económicos han debido pagar impuestos sobre una porción importante de los recursos recibidos, el beneficio neto del programa se reduce y por ende la competitividad del sector y el cumplimiento de los objetivos propuestos al entregar dichos recursos”, aseguró.
Por lo anterior, el Comité Directivo consideró indispensable para el sector la expedición de una regulación que aclare que las sumas entregadas como apoyos o incentivos para proteger el ingreso de los agricultores, incluyendo los que busquen proteger el precio de venta de la materia prima, no estén gravadas con el impuesto de renta y complementarios.
El gremio recuerdó el importante aporte del sector cafetero al desarrollo del país, cuyos recursos dinamizan la economía de más de la mitad de los municipios de Colombia; genera unos 960.000 empleos directos y tiene un efecto multiplicador sobre los demás eslabones de la cadena: transporte, fertilizantes y agroquímicos, herramientas y maquinaria, servicios técnicos y profesionales, entre otros.
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