Esa barrera psicosocial del dólar a cinco mil pesos, que estuvo muy de moda en la pasada campaña electoral, pero que ahora fue alcanzada, crispa los nervios, preocupa a todos y desata una ola de inestabilidad en los precios de materias primas, insumos, alimentos y productos importados.
Por ejemplo, en Colombia los análisis de expertos y de medios especializados señalan que ese ritmo de devaluación se convirtió en un acelerador de la deuda externa, si miramos los pesos que se tendrían que conseguir para pagarla en dólares.
El Banco de la República en julio había revelado que el país debía a los acreedores en el exterior 177.000 millones de dólares, que para entonces eran unos 730 billones de pesos, pues la divisa estadounidense se negociaba en $4.151. Y ahora al llegar a los míticos $5.000, pues el monto adeudado ahora es de 880 billones de pesos. Es que esas son las cuentas que generan insomnio a los empresarios, porque todos los días tienen que sacar más pesos para pagar sus compromisos internacionales o adquirir artículos en mercados internacionales.
Y como el temido 5.000 sigue su ronda, ese comportamiento ha llevado a hacer mediciones de la estabilidad de las monedas, como por ejemplo la que dio a conocer Bloomberg y que permite hacerse una idea de su comportamiento.
Por una parte ese listado ubica al peso colombiano como la cuarta moneda emergente que más ha caído frente al dólar, este año con el 18,53 por ciento, dentro de un grupo en el que aparecen el peso argentino, la lira de Turquía, el forínt de Hungría y el won de Corea del Sur.
Lo que está ocurriendo con esta inestabilidad monetaria es igualmente objeto de evaluación frente a países de la región en donde la lista es la siguiente: peso argentino (34, 79 por ciento), peso colombiano (18,53 por ciento), real brasileño (8,34 por ciento), peso mexicano (4,30 por ciento) y sol peruano (0,73 por ciento).
Y en el detalle de ese panorama preocupante los indicadores muestran que la tendencia se mantendrá al alza, por factores externos como las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos, la guerra de Rusia-Ucrania, la recesión y los aspectos relacionados con la política económica del Gobierno Nacional y la inflación.
En el espectro de análisis no debería descartarse una consideración consignada en un estudio de la Universidad del Rosario sobre la inestabilidad del dólar en el país, que sobre el particular precisó: “Nos sostenemos en considerar que el precio del dólar también ha tenido un alto componente de especulación en el comportamiento del precio de la divisa, que actualmente podría estar sobrevaluado en unos $300 o más”.
El primero de noviembre de 2022 quedará para la historia económica colombiana como el día en que el dólar saltó hasta alcanzar los 5.000 pesos por cada billete verde, que en la práctica acarrea una cascada alcista, especulación, problemas para atender los compromisos financieros internacionales y síntomas de una economía con serias dificultades.
Ese síndrome de los 5.000 ha comenzado a impactar los bolsillos, porque solamente hablar de que hoy el dólar vale tanto, equivale a decir que muchos productos suben de precio en cuestión de días.
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