Varios pilares muy maltrechos afectan la competitividad de Cúcuta, lo cual implica que cada uno tiene que ser objeto de planes concretos para empezar a fortalecerlos, aunque algunos sin duda tienen que ver mucho con debilidades que han persistido y echado raíces a lo largo del tiempo.
Ahí está el mercado laboral -en el que nos encontramos en el puesto 29 en un listado de 32 ciudades analizadas- que ya no resiste un diagnóstico más porque los anaqueles se encuentran rebosados de estudios.
Para que este informe no se quede como uno más de los que se van dando a conocer, lo mejor sería que se afronte desde ya el proceso de diversificar los componentes del modelo económico local comenzando por ir hacia una estrategia en que el sistema productivo sea la base, lógicamente teniendo las necesarias medidas y decisiones que faciliten llegar a esta meta.
Aunque es obvio decirlo, a la Cámara de Comercio de Cúcuta, las alcaldías de los municipios metropolitanos, junto con los gremios y la clase política regional les corresponde hacer un pedido urgente al Gobierno Nacional para cerrar esa brecha del desempleo y la informalidad.
Ahí se incluyen varias acciones, como un plan de choque para generación de puestos de trabajo mediante las inversiones en obras públicas para ayudar a empezar a desmontar ese mal endémico de la informalidad laboral.
Simultáneamente deben concretarse programas que robustezcan el tejido empresarial de la región mediante acciones que faciliten las inversiones en el desarrollo industrial de la región para reducir los índices de desocupación con empleos de calidad.
Sin demeritar lo que en el ámbito local se hace para procurar la disminución del desempleo, no debemos olvidar que este tiene que ver con políticas macro que influyan en mejorar las condiciones jurídicas, económicas y de seguridad para que los inversionistas lleguen a la región a instalar sus empresas.
A la vez debe insistirse en un trabajo de la mano con las universidades del departamento y el mismo SENA para que ayuden a la formación de la mano de obra que vaya requiriendo la región.
Aparte de este asunto que como dicen los expertos es un talón de Aquiles para la competitividad, llama la atención que en sostenibilidad ambiental se tengan tan bajas calificaciones.
Será tan mal lo que está ocurriendo que lo dicho por el director de la Comisión Regional de Competitividad, José Gabriel Román Medina, debería servir de base para un debate.
“Somos una sociedad depredadora. La deforestación sigue siendo la mayor de las amenazas, ella trae consigo efectos nocivos, como pérdidas de la biodiversidad, erosión del suelo, desequilibrio en el ciclo del agua, contaminación del aire, entre otros.
Tenemos todos la tarea importante de proteger nuestros recursos naturales, aumentar nuestras áreas protegidas y motivar el consumo de bienes y servicios provenientes de negocios verdes”, expresó.
Hay que poner, entonces, manos a la obra para comenzar a enderezar estos dos pilares que resultan de alta trascendencia para hacer del área metropolitana de Cúcuta una zona más competitiva, tomando decisiones, correctivos, dictando políticas y generando facilidades para que la industria florezca con fuerza.
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