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Editorial
Control del agua
La crisis climática en esta ocasión se mostró con incendios que afectaron a nuestros páramos.
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Domingo, 28 de Enero de 2024

El principio de precaución se ha activado para proteger el caudal de tres importantes fuentes hídricas de Norte de Santander en esta abrasadora temporada climática en la que el agua sufre severas consecuencias que  a la postre terminan  afectando la actividad humana.

Tiene toda la razón la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) con las medidas que expidió para favorecer a los ríos Pamplonita, Zulia y Algodonal.

Y no es para menos, porque los dos primeros alimentan los acueductos que surten de agua potable a los 711.715 habitantes de Cúcuta, aparte de que  también tienen importante incidencia para este servicio a  los demás municipios del área metropolitana que en total suma una población de 944.938    personas.

Darles esta garantía a los pobladores de dichas localidades, al igual que a los de Ocaña donde la fuente esencial es el río Algodonal, implica medidas contundentes que deben ser de inexorable acatamiento.

Por ejemplo hay una que a veces poco se entiende, como lo es la suspensión temporal de la extracción de material de arrastre del lecho de los ríos. Resulta, de acuerdo con la resolución de Corponor, esta actividad en época de intenso calor provoca estancamientos de agua que no solamente afecta su calidad, sino que facilita su evaporación por las altas temperaturas.

Lo anterior, llevado a la práctica se convierte en un elemento que altera la dinámica del río, ayudando a mermar su caudal ecológico,  con fuerte incidencia sobre la capacidad de producción de agua potable en las plantas de tratamiento.

El principio de precaución del que comentamos antes, tiene fundamento en el numeral sexto del primer artículo de la Ley 99 de 1993, luego lo que se derive de este mecanismo para la protección ambiental es de rigurosa obligación.

Suena preocupante un aparte de la resolución emitida por Corponor para la regulación del uso del agua en la región, al indicar que el fenómeno de El Niño sumado a la “desproporcionada demanda” por el uso irracional por parte de usuarios  que cuentan con concesiones de agua, ponen en riesgo los caudales.

Y más delicado todavía suena el llamado hecho a las empresas de servicios de acueducto, alcantarillado, riego y drenaje para que den estricto cumplimiento a la adopción efectiva del programa para el uso eficiente y ahorro del agua.

O sea, interpretándolo de otra manera, los usuarios del acueducto tendrán que empezar darle  un uso más racional al agua, porque de lo contrario podría estar cerca  la puesta en marcha del plan de contingencia para los servicios de agua potable y alcantarillado, en caso de persistir el déficit de lluvias.

Palabras más palabras menos, en la eventualidad que el actual panorama de calor intenso no ceda sino que empeore, podríamos estar a las puertas de un eventual racionamiento o regulación muy fuerte del uso del agua desde el punto de vista del consumo humano.

La crisis climática que en esta ocasión se mostró con incendios que afectaron a nuestros páramos y arrasaron con el frailejón que es el principal fabricante de agua, vuelve a decirnos que tenemos que cambiar algunos comportamientos y ser más considerados con los recursos naturales, porque de lo contrario el calentamiento nos puede llevar a una sequía incontrolable, donde ni siquiera el Acueducto Metropolitano nos servirá para mucho.

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