La Alcaldía de Cúcuta activó una nueva operación de despeje del espacio público con mira a ordenar el centro de la ciudad y a mejorar la movilidad tanto vehicular como de peatones, la cual se extenderá a otros sectores que también requieren esta clase de controles.

Aunque ese tipo de acciones deberían ser estructurales y no coyunturales, por la temporada de fin de año que ya está a la vuelta a la esquina sí requiere la capital de Norte de Santander esta clase de operativos para anticiparse a contener y superar las condiciones que generan caos en muchos sitios neurálgicos.

En este aspecto hay que brindarles todo el apoyo a las autoridades municipales para que el plan funcione, esperándose que la ciudadanía contribuya acatando las normas de tránsito, en especial las que restringen el parqueo, para ayudar a mantener un flujo adecuado del tráfico vehicular en las calles y avenidas.

Los gestores culturales viales de Tránsito tendrán durante esta temporada tendrán su máxima prueba en sus actividades preventivas para que las calles e intersecciones céntricas no tengan los congestionamientos que las caracterizan debido a la falta de controles.

Es igualmente necesario que no se permita la ubicación de ventas estacionarias o ambulantes por fuera de las zonas delimitadas con las vallas paralelas a los andenes, porque de nada habrá servido el esquema habilitado en el polígono del centro (desde las calles 5, 6 y 7, 8 y 9 entre avenidas tercera a octava).

Sin embargo, lo lógico es que la Alcaldía de Cúcuta desarrolle una política pública en estos campos, los cuales no solo se relacionan con la operatividad, sino con decisiones económicas, sociales y de cultura ciudadana, que entremezcladas realmente ayuden a conjurar estos problemas que desde hace años viene sufriendo la ciudad.

Se requeriría, por ejemplo, una alianza estratégica entre los sectores público y privado para que logren sacar adelante los planes de industrialización, fortalecimiento de los planes de empleo, para los jóvenes por ejemplo, más programas de emprendimiento y consolidación de proyectos para superar la pobreza y la desigualdad.

Hay que entender que para enfrentar la informalidad y el rebusque la salida es desde lo macro, porque se trata de un mal de carácter estructural ligado a la falta de oportunidades, al desempleo, a una escasa oferta laboral porque no se cuenta con un aparato productivo fuerte  y por eso el enfoque hacia el camino de la industrialización podría ser la opción para ello.

Donde también hay que trabajar con urgencia es para que Cúcuta cuente con una movilidad incluyente, que por sí sola sofocará los problemas que hoy la agobian en ese sentido.

Uno de los aspectos corresponde a la urgencia de un modernizado y ágil sistema de transporte urbano de pasajeros de carácter metropolitano, en hacia el cual  hay que avanzar con urgencia para de esa manera ir sofocando los aspectos que afectan un asunto tan vital para urna urbe como la nuestra.

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