Estamos a punto de cumplir los 17 y 13 años de los desastrosos derrames de petróleo en La Donjuana (2007) y en la quebrada Iscalá (2011), que fueron prácticamente la partida de nacimiento del Acueducto Metropolitano de Cúcuta, que aunque ya está terminado sigue sin operar, pese a las necesidades de miles de familias.
El proyecto de la megaobra fue como la otra cara de la moneda de una tragedia ambiental que demostró el riesgo que la capital nortesantandereana tiene con su acueducto de El Pórtico en casos de rotura del oleoducto Caño Limón-Coveñas.
Y con la infraestructura que se le dotó, que incluye gigantescos tanques de almacenamiento, este megaproyecto que requirió de inversiones por unos $400.000 millones fue programado también para ayudar a superar el déficit en el suministro de agua potable en Los Patios y Villa del Rosario, cuyos habitantes soportan racionamiento en el servicio.
Hasta aquí todo está muy bien, porque este sistema de contingencia y de vigorización de los sistemas locales de acueductos para ampliar sus coberturas, pero hay algo que inquieta a la comunidad: Si ya está listo el Acueducto Metropolitano Francisco de Paula Santander ¿por qué no arranca su operación?
La ministra de Vivienda, Catalina Velasco, visitó en febrero la región y con sus palabras dejó abiertas grandes expectativas de que muy pronto la obra que beneficiará a un millón de personas empezaría a funcionar.
Sin embargo ya vamos para mayo sin que nada haya pasado, mientras que en junio se cumplirán 17 años de aquél gigantesco chorro de petróleo en La Donjuana, razón por la cual la comunidad ha empezado a hacee cábalas de si ¿llegará primero otra emergencia catastrófica antes de que sean abiertas las válvulas del nuevo sistema?
Esa pregunta le corresponde responderla a la ministra puesto que la gente sigue sin entender cómo es posible que teniendo una infraestructura de esa magnitud, hoy todavía haya familias a las que someten a turnos semanales para enviarles el agua a sus viviendas.
La referencia a la ministra Velasco obedece a que en aquella visita de febrero les dijo a los periodistas que “próximamente les contaremos a los habitantes cómo va entrar en operación este acueducto”. Y cuando le preguntaron si ¿hubo acuerdo sobre el operador? afirmó que “estamos trabajando muy bien y vamos adelante”.
Lo cierto es que hoy, a menos de una semana de concluir abril, nada de lo que la ministra de Vivienda manifestó en aquel momento se le ha dado a conocer a la comunidad.
Ni hay noticias sobre quien finalmente estará encargado de todo el sistema ni tampoco hay explicaciones sobre cómo regirán las tarifas ni hay detalles concretos relacionados con el bombeo y la venta del agua en bloque a Los Patios y Villa del Rosario para atender las necesidades de los usuarios.
Todos esos detalles hay que dejarlos muy bien precisados para evitar futuros inconvenientes o alzas exageradas en el cobro de los recibos o problemas legales en cuanto a la forma como se estructure el procedimiento para el operador del acueducto metropolitano.
La región necesita respuestas. El Ministerio de Vivienda es urgente que las precise, al tiempo que también es importante conocer de parte de los alcaldes de Cúcuta, Vila del Rosario y Los Patios si ya lograron ponerse de acuerdo en los puntos que a ellos les atañe para que esta obra comience a funcionar con el fin de optimar el suministro de agua potable en los sectores que lo requieran. Aquí no pueden haber trabas. La eficiente gestión y los entendimientos son esenciales.