La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Editorial
Peligrosa versión del exmilitante del M-19
Mostrando sus dotes de activista, el jefe de Estado utiliza la estratagema de poner en tela de juicio la calidad de quienes desde el CNE determinaron investigarlo a él.
Authored by
Image
La opinión
La Opinión
Jueves, 10 de Octubre de 2024

La determinación del Consejo Nacional Electoral (CNE) contra la campaña del presidente Gustavo Petro parece haber activado en él un chip que despertó una peligrosa versión del exmilitante de la guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19).

Es así que mediante la activación de su artillería verbal trata de poner contra la pared a dicha institución, fustigando directamente a dos de sus miembros pertenecientes a la oposición, uno de Cambio Radical y otro del Centro Democrático.

Sobre el máximo dignatario del CNE, César Lorduy, un irascible presidente Petro dijo que “está acusado de asesinar a una novia” y de Álvaro Hernán Prada afirmó que está “siendo juzgado por la Corte Suprema de Justicia, penalmente, por comprar testigos para favorecer a Uribe”.

Mostrando sus dotes de activista, el jefe de Estado utiliza la estratagema de poner en tela de juicio la calidad de quienes desde el CNE determinaron investigarlo a él como candidato presidencial por los presuntos hechos irregulares ocurridos durante la pasada la campaña.

Con esto se advierte que quiere, como en el billar, hacer una carambola de tres bandas y así de esta manera tender a hacer más fuerte su teoría de que es una actuación ilegal y anticonstitucional mediante la cual se le pretende sacar del poder.

Por un lado, ese mensaje del jefe de Estado apunta hacia un nuevo roce contra la administración de justicia al sembrar dudas en cuanto a la actuación de los jueces y magistrados frente a estos miembros del CNE.

Igualmente, se advierte que Petro lanza toda esta carga de diatribas y señalamientos para sembrar en el ambiente la sensación de que ese ‘irrespeto al fuero presidencial’ obedece a una trama de los partidos políticos opositores para intentar desestabilizar su gobierno.

Y, en tercer lugar, sembrar en el inconsciente colectivo de sus seguidores y partidarios que en Colombia se ha puesto en marcha un golpe de Estado para irrespetar el derecho a elegir de más de once millones de colombianos que votaron por sus propuestas de cambio, provocando un ambiente de alta tensión en el país.

Ese botafuego del presidente Petro ya está comenzando a generar consecuencias, entre ellas la salida del país de la familia de uno de los integrantes del CNE, por razones de seguridad, y un delirio ‘golpista’ en las redes sociales, donde se advierte que hasta podría llegarse a repetir un ‘Bogotazo’ en caso de que se materializara el que llaman ‘golpe a la democracia’.

Inflamar el ambiente no es de estadistas. Está bien que el presidente Petro acuda a organismos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos a exponer la que él denomina como una extralimitación de funciones del CNE al investigarlo, pero no es adecuado que haga llamados que se interpretan como una confrontación entre sus huestes partidistas y la institucionalidad.

Ese llamado a la “movilización generalizada del pueblo colombiano para la defensa irrestricta de la democracia” es también motivo de preocupación y es indispensable por eso llamar a que primen la tranquilidad y la cordura para que esto no vaya a terminar en un enfrentamiento entre hermanos. Radicalizarse a esos extremos es riesgoso.

Escuchar a Petro decir que está enfrentando a una autoridad administrativa como el CNE “capturada por la oposición”, que busca poner en duda su integridad, va en contravía de lo que días atrás volvió a plantear sobre un Acuerdo Nacional, puesto que nadie entiende como por un lado invita a la concordia y por el otro persiste en los ataques y la descalificación de sus contradictores.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en  https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Temas del Día